Francia devuelve un esqueleto de dinosaurio Tarbosaurus bataar de 70 millones de años robado a Mongolia, tras su robo en el desierto de Gobi y contrabando a través de Corea del Sur. El fósil, valorado entre 1,5 y 2,5 millones de euros, muestra una creciente cooperación internacional contra el tráfico ilegal de fósiles.
Devolución histórica de un fósil de 70 millones de años
En una importante ceremonia en París el 8 de diciembre de 2025, Francia devolvió oficialmente un esqueleto de dinosaurio robado a Mongolia, lo que supone una gran victoria en la lucha contra el tráfico ilegal de fósiles. El fósil, identificado como un Tarbosaurus bataar —a menudo llamado el primo asiático del Tyrannosaurus rex— fue robado en 2015 del desierto de Gobi en Mongolia y posteriormente incautado por la aduana francesa después de ser contrabandeado a través de Corea del Sur.
Un tesoro científico y cultural
La ministra francesa de Servicios Públicos, Amelie de Montchalin, presidió la ceremonia de entrega, donde describió el fósil como 'un tesoro científico y cultural extremadamente raro'. 'Hoy, un pedazo del desierto de Gobi regresa a su tierra natal', declaró durante el evento. 'Es la devolución de un tesoro científico y cultural que pertenece al patrimonio de Mongolia'.
El esqueleto, estimado en 70 millones de años, representa uno de los ejemplares de Tarbosaurus más completos jamás encontrados. Además del esqueleto principal, Francia también devolvió alrededor de 30 artículos más, incluyendo huevos de dinosaurio y fragmentos fósiles adicionales. Cuando fue incautado originalmente en 2015, el esqueleto se valoró en aproximadamente 700.000 euros, pero los expertos estiman ahora que su valor ha aumentado a entre 1,5 y 2,5 millones de euros debido al aumento de los precios de mercado de fósiles raros.
El Tarbosaurus Bataar: el superdepredador de Asia
El Tarbosaurus bataar fue un dinosaurio carnívoro masivo que dominó Asia durante el período Cretácico Tardío, hace aproximadamente 70-66 millones de años. Según investigaciones paleontológicas, este superdepredador medía unos 10 metros de largo, 3 metros de alto a la altura de las caderas y pesaba hasta 4,5-5 toneladas. Habitaba llanuras aluviales húmedas en lo que hoy es la región del desierto de Gobi, y cazaba grandes dinosaurios herbívoros como hadrosaurios y saurópodos.
Como se describe en la literatura científica, el Tarbosaurus tenía características distintivas, incluyendo un mecanismo único de bloqueo de mandíbula, aproximadamente 60 dientes grandes y los brazos más pequeños en proporción al tamaño corporal entre los tiranosáuridos. Está estrechamente relacionado con el Tyrannosaurus rex norteamericano, y algunos expertos los consideran sinónimos, aunque la mayoría sostiene que son especies separadas dentro de la misma familia.
La lucha de Mongolia contra el contrabando de fósiles
La ministra de Cultura y Deporte de Mongolia, Undram Chinbat, expresó su profunda gratitud por la devolución y declaró: 'Para mí y para todos los mongoles es muy importante que los fósiles hayan regresado'. La ministra enfatizó que los fósiles serán sometidos a restauración y estudio científico antes de ser exhibidos en un museo planeado en Mongolia.
Esta repatriación es parte de los esfuerzos más amplios de Mongolia para reclamar fósiles robados que han sido exportados ilegalmente desde que el explorador estadounidense Roy Chapman Andrews descubrió por primera vez huevos de dinosaurio en el desierto de Gobi hace un siglo. Según la ley mongola, todos los fósiles descubiertos en el país se consideran propiedad del estado y su exportación sin permiso está estrictamente prohibida.
La conexión con Eric Prokopi
El caso está vinculado a una red más amplia de operaciones de contrabando de fósiles, más notablemente con la participación del comerciante de fósiles estadounidense Eric Prokopi. En 2014, Prokopi fue condenado a tres meses de prisión por contrabandear huesos de dinosaurio, incluyendo un esqueleto de Tarbosaurus bataar que se vendió en una subasta por más de 1 millón de dólares. Según documentos judiciales estadounidenses, Prokopi se declaró culpable de importar ilegalmente fósiles de Mongolia y China entre 2010 y 2012 falsificando documentos aduaneros.
Prokopi, descrito por los fiscales como un 'mercado negro de un solo hombre en fósiles prehistóricos', ha estado colaborando desde entonces con las autoridades para localizar otros especímenes robados. Su caso redujo significativamente el mercado negro de fósiles contrabandeados en Estados Unidos y destacó el carácter internacional del comercio ilegal de fósiles.
Implicación de celebridades: el caso de Nicolas Cage
Esta no es la primera devolución de alto perfil de fósiles de dinosaurios mongoles. En 2015, el actor Nicolas Cage devolvió voluntariamente un cráneo de Tarbosaurus bataar que había comprado por 276.000 dólares en una subasta en 2007. El cráneo había sido contrabandeado ilegalmente desde el desierto de Gobi de Mongolia y fue etiquetado erróneamente como 'fragmentos de roca fósil' para pasar por la aduana estadounidense.
Cage no fue acusado de mala conducta, ya que había comprado el fósil de buena fe con un certificado de autenticidad. Sin embargo, una vez descubierto el origen ilegal, devolvió rápidamente el cráneo a las autoridades mongolas. El actor pagó efectivamente unos 40.000 dólares al año para 'alquilar' el cráneo durante siete años antes de su repatriación.
Cooperación internacional e implicaciones futuras
La exitosa devolución del esqueleto de Tarbosaurus representa una creciente cooperación internacional en la lucha contra el comercio ilegal de fósiles. Las autoridades francesas trabajaron en estrecha colaboración con funcionarios mongoles durante la investigación y el proceso de repatriación. El caso sienta un precedente importante para otros países que poseen fósiles obtenidos ilegalmente.
Según los expertos, miles de fósiles han desaparecido de Mongolia desde que se descubrieron huevos de dinosaurio allí hace un siglo. El país ha intentado activamente reclamar reliquias perdidas de museos extranjeros y colecciones privadas en todo el mundo. Esta exitosa repatriación podría alentar a otros países a revisar sus colecciones de fósiles y devolver especímenes obtenidos ilegalmente.
El esqueleto de Tarbosaurus devuelto ahora será sometido a una cuidadosa restauración por paleontólogos mongoles antes de ser mostrado al público. Como señaló la ministra Chinbat: 'Estos fósiles no son solo huesos: son parte de nuestra identidad nacional y patrimonio científico'. La devolución representa tanto un regreso cultural como un impulso significativo para la paleontología mongola, permitiendo a los científicos locales estudiar de primera mano a uno de los principales depredadores prehistóricos de su país.
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