¿Propaganda oculta? Cómo el obelisco de París podría glorificar al faraón Ramsés II

Un egiptólogo afirma que el obelisco de 3300 años en París contiene jeroglíficos que glorifican al faraón Ramsés II como elegido divino, lo que apunta a una antigua propaganda dirigida a la élite.

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Hace miles de años, en la época de los faraones egipcios, ya se utilizaba la propaganda. Un egiptólogo afirma haber encontrado inscripciones en un obelisco egipcio que elogian al faraón Ramsés II.

La propaganda no es solo un fenómeno común de los últimos 100 años, sino que también se utilizó en la antigüedad para manipular al pueblo. Emperadores, reyes e incluso faraones propagaban mensajes: ahora parece que el obelisco egipcio de 3300 años de antigüedad que se encuentra en París podría contener una serie de jeroglíficos que elogian al faraón Ramsés II y afirman que fue elegido divinamente por los dioses.

Jean-Guillaume Olette-Pelletier, un egiptólogo del Institut Catholique de Paris, recibió permiso en 2021 para estudiar el obelisco con más detalle. Durante su investigación, encontró mensajes que, según él, solo habrían sido notados por ciertas personas bajo ciertas circunstancias.

Olette-Pelletier señaló, por ejemplo, que cuando se construyó el obelisco, el lado oeste del artefacto estaba orientado hacia el río Nilo. Según él, las personas que navegaban por el río en barco tenían una buena vista de una serie de inscripciones y grabados cerca de la cima del obelisco de 23 metros de altura. Las inscripciones y relieves que podían ver proclamaban que Ramsés II había sido elegido por los dioses, que era de esencia divina y, por lo tanto, tenía derecho a gobernar Egipto. Sin embargo, otro egiptólogo, Filip Taterka, no está de acuerdo. Según él, la gente no podía ver las inscripciones desde el Nilo debido a la gran distancia.

El egiptólogo también señaló que el festival Opet, un evento anual en honor a Amón, animaba a la nobleza a viajar en barco a la ciudad egipcia de Luxor. Estos viajeros de alto rango habrían tenido una buena vista de estas inscripciones, que ayudaban a reforzar el poder político del faraón. "Era propaganda dirigida a la élite intelectual más alta", dice Olette-Pelletier.

El obelisco, de más de 3300 años de antigüedad, fue encargado por el faraón Ramsés II (ca. 1279-1213 a.C.) para ser añadido al templo de Luxor, poco después del inicio de su reinado. Casi tres mil años después, en 1830, el sultán otomano, entonces gobernante de Egipto, regaló la columna monumental a Francia. Desde entonces, adorna la Place de la Concorde en el corazón de París.

Olette-Pelletier cree que hay otros mensajes ocultos en el obelisco. Por ejemplo, observó que hay dos filas de jeroglíficos que, dependiendo de la dirección en que se lean, pueden transmitir mensajes diferentes. Los dos mensajes distintos son: el nombre completo del trono de Ramsés II o la afirmación de que tenía vida eterna. Sus hallazgos se publicarán en la revista Égypte Nilotique et Méditerranéenne (ENiM).

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