La acumulación de calor en el Atlántico podría provocar el verano más caluroso jamás registrado en Europa en 2025

Una acumulación de calor en el Océano Atlántico Norte podría provocar el verano más caluroso jamás registrado en Europa en 2025, con mayores riesgos de olas de calor y sequías.

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Se está formando una acumulación de calor en el Océano Atlántico Norte, una señal de alarma para olas de calor extremas en Europa. ¿Qué hay detrás de esta situación?

Una acumulación de calor en el Océano Atlántico Norte es un fenómeno en el que se acumula una cantidad inusualmente grande de calor en el agua del mar. Este exceso no se produce en unos pocos días, sino que se acumula a lo largo de los años, generalmente debido a cambios en el transporte de calor dentro de las corrientes oceánicas.

Normalmente, el calor se transporta desde los trópicos hacia el norte, pero cuando este transporte se interrumpe, la energía se acumula en ciertas áreas marinas. Estas anomalías no solo afectan al ecosistema del Atlántico, sino que también tienen consecuencias en el clima europeo.

Conexión entre el mar y el calor en tierra

Lo que a primera vista parece un proceso puramente oceánico tiene importantes consecuencias en tierra. El calor acumulado en el océano afecta a la atmósfera que está encima y, por tanto, a los patrones climáticos a gran escala. Si se acumula una cantidad particularmente grande de calor en el Atlántico Norte, esto puede favorecer la formación de áreas de alta presión estables sobre Europa.

Según investigadores del Instituto Max Planck de Meteorología en Hamburgo, las simulaciones actuales indican que tal acumulación de calor ha vuelto a ocurrir, y esto desde hace varios años. Esto no significa que cada día será insoportablemente caluroso, pero la probabilidad de olas de calor, períodos de sequía y noches tropicales por encima del promedio ha aumentado significativamente.

Comparación histórica y perspectivas

En retrospectiva, se puede ver un patrón claro: muchos veranos particularmente cálidos en Europa fueron precedidos por una acumulación de calor similar en el Atlántico. Por ejemplo, los años 2003, 2010 y 2018 siguieron este patrón. En el contexto del cambio climático, estos ciclos naturales se ven aún más reforzados.

La perspectiva de un nuevo verano de olas de calor trae consigo numerosos desafíos para la agricultura, la infraestructura y la salud pública. Señales tempranas, como la acumulación de calor en el Atlántico Norte, permiten una mejor preparación.

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