La UE pospone la firma del acuerdo comercial con Mercosur hasta enero de 2026 tras masivas protestas agrícolas y divisiones políticas. El acuerdo, fruto de 25 años de negociación, se enfrenta a la oposición de Francia e Italia, que exigen una mayor protección para el sector agrícola.
Acuerdo comercial histórico pospuesto tras 25 años de negociaciones
La Unión Europea ha pospuesto la firma de su histórico acuerdo de libre comercio con el bloque Mercosur hasta enero de 2026, lo que supone un nuevo retraso en lo que se ha convertido en una de las negociaciones comerciales más largas de la historia moderna. La decisión se tomó durante una tensa cumbre de la UE en Bruselas, donde miles de agricultores protestaron exigiendo una mayor protección para el sector agrícola europeo.
El Acuerdo de Asociación UE-Mercosur, que crearía la mayor zona de libre comercio del mundo con casi 800 millones de habitantes, debía firmarse el 21 de diciembre de 2025 durante una cumbre en Foz do Iguaçu, Brasil. Sin embargo, la última resistencia de Italia, apoyada por Francia y varios otros Estados miembros, obligó a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, a anunciar un aplazamiento.
'Hemos contactado con nuestros socios del Mercosur y hemos acordado posponer ligeramente la firma. Este acuerdo es crucial para Europa: económica, diplomática y geopolíticamente,' declaró von der Leyen en la plataforma de redes sociales X.
La ira de los agricultores y la presión política
El aplazamiento se produjo mientras hasta 10.000 agricultores de toda Europa viajaban a Bruselas, bloqueaban calles con tractores y se enfrentaban a la policía. Los manifestantes encendieron fuegos, lanzaron fuegos artificiales y arrojaron patatas y botellas a las fuerzas del orden, que respondieron con gases lacrimógenos y cañones de agua. Se produjeron protestas similares en Estrasburgo, Lieja y otras ciudades europeas.
El presidente francés Emmanuel Macron, que está bajo una intensa presión del sector agrícola de su país, resultó ser un importante opositor a la firma en su forma actual. 'Sería prematuro firmar el acuerdo en los próximos días,' dijo la primera ministra italiana Giorgia Meloni al parlamento, explicando que Italia necesitaba más tiempo para obtener garantías adecuadas para sus agricultores.
Las protestas reflejan los temores profundamente arraigados entre los agricultores europeos de que las importaciones agrícolas más baratas de Sudamérica socaven su sustento. Según el Consejo Europeo, los negociadores habían alcanzado un acuerdo sobre medidas de salvaguardia apenas unos días antes de la firma prevista, pero resultaron insuficientes para calmar las preocupaciones del sector agrícola.
Lo que está en juego
El acuerdo UE-Mercosur, propuesto por primera vez en 1999 y acordado en principio en 2019, eliminaría gradualmente los aranceles de la mayoría de los bienes comercializados entre los dos bloques. La Unión Europea obtendría un mejor acceso para sus vehículos, maquinaria, vinos y licores a los mercados latinoamericanos, mientras que los países del Mercosur (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay) verían reducidas las barreras para sus exportaciones agrícolas, como la carne de vacuno, el azúcar, la soja y la miel.
Según la página de Wikipedia sobre el acuerdo, la población combinada de los dos bloques representa aproximadamente el 25% del PIB mundial. La UE ya es el segundo mayor socio comercial de Mercosur en bienes, con exportaciones por valor de 57.000 millones de euros en 2024.
El canciller alemán Friedrich Merz subrayó la importancia estratégica del acuerdo: 'Si la Unión Europea quiere seguir siendo creíble en la política comercial mundial, hay que tomar decisiones ahora, y la decisión sólo puede ser que Europa lo apruebe.' Alemania, junto con España, Dinamarca, Suecia y Finlandia, apoya firmemente el pacto como una forma de impulsar las exportaciones y reducir la dependencia de los mercados chino y estadounidense.
Cláusulas de salvaguardia y consideraciones medioambientales
Los principales obstáculos giran en torno a la protección agrícola y las normas medioambientales. El Parlamento Europeo y el Consejo alcanzaron un acuerdo preliminar el 17 de diciembre de 2025 sobre normas para proteger al sector agrícola de la UE. Entre ellas se incluyen mecanismos para suspender las ventajas arancelarias de productos sensibles como la carne de ave, la carne de vacuno, los huevos, los cítricos y el azúcar si las importaciones aumentan de forma inesperada.
Como informó Reuters, los grupos ecologistas y algunos Estados miembros quieren compromisos más firmes sobre la deforestación y las normas sobre pesticidas. La Asociación Nacional de Productores de Cereales de Bulgaria subrayó el dilema: 'Aplicar dobles raseros a las importaciones más baratas, que cumplen normas medioambientales y éticas más bajas, socava los esfuerzos de los agricultores de la UE por cumplir normas más elevadas.'
El primer ministro polaco Donald Tusk confirmó la continua oposición de su país, mientras que el español Pedro Sánchez expresó su frustración por el retraso y argumentó que el acuerdo aumentaría el peso geopolítico de la UE. El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, que había advertido anteriormente de que Brasil no firmaría más tarde si el acuerdo fracasaba ahora, mostró flexibilidad tras las conversaciones con Meloni y aceptó un breve aplazamiento.
Lo que ocurre ahora
El acuerdo se enfrenta ahora a una prueba crucial en enero de 2026. Requiere la aprobación de al menos 15 de los 27 Estados miembros de la UE que representen el 65% de la población de la UE. Francia, Italia, Polonia, Irlanda, Austria y Hungría forman actualmente una minoría de bloqueo.
El eurodiputado Gabriel Mato, ponente del expediente en el Parlamento Europeo, expresó su optimismo sobre las salvaguardias: 'Hoy enviamos una señal clara: podemos avanzar con el acuerdo Mercosur sin dejar a nuestros agricultores desprotegidos.'
Mientras los agricultores europeos siguen protestando y persisten las divisiones políticas, el destino de este histórico acuerdo comercial pende de un hilo. Las próximas semanas revelarán si 25 años de negociaciones dan finalmente sus frutos o si las diferencias fundamentales entre la protección agrícola europea y las ambiciones comerciales globales resultan irreconciliables.
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