El Banco Mundial reporta que la lucha global contra la pobreza se estanca, con 700 millones en pobreza extrema. El cambio climático amenaza con revertir décadas de progreso, requiriendo soluciones personalizadas y cooperación internacional.

El progreso global contra la pobreza se detiene
El Informe sobre Pobreza, Prosperidad y Planeta 2024 del Banco Mundial revela una realidad sombría: el avance en la lucha contra la pobreza extrema casi se ha detenido. Aproximadamente 700 millones de personas (8,5% de la humanidad) sobreviven con menos de $2,15 al día. Sin acciones urgentes, erradicar la pobreza extrema podría tomar más de un siglo. Los retrocesos causados por la COVID-19, el bajo crecimiento económico y la creciente fragilidad han revertido los avances, con tasas de pobreza en países de bajos ingresos ahora más altas que antes de la pandemia.
África Subsahariana, la más afectada
Las diferencias regionales son alarmantes: África Subsahariana alberga el 67% de los pobres extremos del mundo, a pesar de tener solo el 16% de la población mundial. Incluyendo estados frágiles, esta cifra aumenta al 75%. Sorprendentemente, el 72% de los pobres extremos vive en países elegibles para apoyo de la Asociación Internacional de Desarrollo. El umbral de pobreza de $6,85/día (relevante para países de ingresos medios) muestra tendencias aún más preocupantes: 3,500 millones de personas permanecen bajo este umbral, sin cambios desde los años 90.
La prosperidad compartida se estanca por la desigualdad
El informe introduce la Brecha Global de Prosperidad, que mide la distancia hasta un umbral de $25/día. El progreso se ha estancado desde 2020, indicando un aumento en la desigualdad de ingresos. Cerca del 20% de la población mundial vive en países con alta desigualdad, especialmente en África Subsahariana y América Latina. Al ritmo actual, los países de ingresos medios-altos tardarían 100 años en cerrar esta brecha.
Triple amenaza climática
Las emergencias climáticas ahora amenazan la lucha contra la pobreza: 1 de cada 5 personas enfrenta riesgos vitalicios por desastres climáticos extremos. Sin intervención, estos peligros aumentarán. La solución requiere un enfoque dual: construir resiliencia climática mediante gestión de riesgos y reducir la intensidad de emisiones del crecimiento económico. Los países de altos ingresos producen el 80% de las emisiones globales, pero sufren menos daños climáticos que los países pobres vulnerables.
Camino a seguir: Soluciones personalizadas
El Banco Mundial propone estrategias diferenciadas:
- Países de bajos ingresos: Priorizar crecimiento y lucha multidimensional contra la pobreza
- Países de ingresos medios: Enfocarse en reducir vulnerabilidades y sinergias de crecimiento verde
- Economías ricas: Acelerar transición baja en carbono con control de costos
Revolución de datos necesaria
Solo la mitad de los países tiene datos actualizados sobre pobreza. El informe urge inversiones masivas en sistemas estadísticos, usando IA para llenar vacíos. Mejor monitoreo de pobreza multidimensional, vulnerabilidad climática y desigualdad es esencial para políticas efectivas.
El Banco Mundial concluye que erradicar la pobreza en un planeta habitable sigue siendo posible, pero requiere coordinación global sin precedentes y priorizar a los más vulnerables. Lea el informe completo.