El Banco Mundial advierte sobre una creciente crisis de deuda en los países en desarrollo, agravada por préstamos relacionados con la pandemia y el aumento de las tasas de interés. Con el 60% de los países de bajos ingresos en situación de emergencia, se necesita una cooperación internacional urgente para evitar un colapso económico.

El Banco Mundial ha emitido una grave advertencia sobre la creciente crisis de deuda en los países en desarrollo, agravada por los efectos económicos de la pandemia de COVID-19. El aumento de las tasas de interés y la inflación han ejercido aún más presión sobre estas economías, llevando a muchas al borde del colapso financiero.
Causas de la crisis
Los países en desarrollo pidieron préstamos significativos durante la pandemia para financiar atención médica, programas sociales y estímulos económicos. Ahora, con los bancos centrales elevando las tasas para controlar la inflación, los costos de pagar estas deudas han aumentado drásticamente. El Banco Mundial estima que el 60% de los países de bajos ingresos están en o cerca de una "situación de emergencia por deuda", lo que significa que no pueden cumplir con sus obligaciones financieras sin medidas de austeridad severas.
Contexto histórico
Esta no es la primera vez que los países en desarrollo enfrentan tales desafíos. Episodios históricos, como la crisis del petróleo de 1973, mostraron patrones similares de préstamos insostenibles. Hoy, la situación se ve agravada por tensiones geopolíticas, interrupciones en las cadenas de suministro y una inminente crisis alimentaria mundial.
Posibles soluciones
El Banco Mundial ha comprometido $170 mil millones en financiamiento de emergencia para ayudar a los países vulnerables. Sin embargo, la cooperación internacional sigue siendo fragmentada, con el G20 sin lograr un acuerdo sobre una estrategia uniforme de alivio de la deuda. Algunos defensores abogan por la condonación de la deuda, citando imperativos morales y económicos, mientras que otros advierten sobre los riesgos del riesgo moral.
El camino a seguir
Sin una acción decisiva, la crisis de deuda podría causar una inestabilidad económica generalizada, alimentando movimientos populistas y ejerciendo más presión sobre los sistemas financieros globales. El Banco Mundial y el FMI instan a esfuerzos coordinados para evitar una crisis total.