Primera gran prueba de la premier Takaichi con Trump

La nueva primera ministra de Japón, Sanae Takaichi, enfrenta su primera gran prueba con la visita de Donald Trump, equilibrando demandas de defensa, un acuerdo de inversión de $550 mil millones y la diplomacia regional con un gobierno en minoría.

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Primera gran prueba diplomática para la premier japonesa Takaichi

TOKIO – Mientras el expresidente Donald Trump aterrizaba el 27 de octubre en el Aeropuerto de Haneda, la recién elegida primera ministra de Japón, Sanae Takaichi, enfrentaba su mayor desafío político apenas seis días después de su histórica investidura. La líder conservadora de 64 años, que se convirtió en la primera mujer al frente del gobierno japonés el 21 de octubre, debe navegar por aguas diplomáticas complejas con el impredecible expresidente estadounidense, al tiempo que mantiene frágiles relaciones domésticas y regionales.

Seguridad masiva y gestos simbólicos

La capital japonesa se transformó en una fortaleza para la cuarta visita oficial de Trump, con medidas de seguridad sin precedentes que incluyeron papeleras públicas selladas, taquillas de estaciones inutilizadas y perros rastreadores en los principales nudos de transporte. "Esta es la operación de seguridad más exhaustiva que he visto en mis 25 años en la Policía Metropolitana de Tokio", declaró el analista de seguridad Kenji Tanaka. "No dejan nada al azar".

El encuentro de Trump con el emperador Naruhito representa un honor poco común para los líderes extranjeros, pero el verdadero trabajo diplomático ocurre a puerta cerrada, donde Takaichi debe convencer a Trump de que Japón sigue siendo el aliado asiático más confiable de Estados Unidos. Su tarea se complica por su condición de gobierno en minoría, tras la ruptura abrupta del Partido Liberal Democrático con el pacifista Partido Komeito, que puso fin a su coalición de 26 años.

Gastos de defensa acelerados

El gobierno de Takaichi está acelerando el gasto en defensa para alcanzar el 2% del PIB al final del año fiscal actual, dos años antes del objetivo original de 2027. "Mostramos nuestro compromiso con la seguridad regional mediante acciones concretas", afirmó el funcionario del ministerio de Defensa Hiroshi Yamamoto. "El calendario acelerado demuestra que nos tomamos en serio nuestras responsabilidades de alianza".

Sin embargo, el gobierno de Trump ha sugerido informalmente que Japón aumente el gasto al 3,5% del PIB, un objetivo que sería económicamente desafiante para la estancada economía japonesa. El actual incremento del presupuesto de defensa representa un cambio significativo para una nación con profundas tradiciones pacifistas arraigadas en su constitución de posguerra.

Dilema de inversión de $550 mil millones

El centro de las discusiones económicas es un masivo paquete de inversión de $550 mil millones acordado durante el gobierno anterior. Según el marco de acuerdo de la Casa Blanca, Japón ha comprometido estos fondos para que Trump los invierta en industrias estadounidenses críticas, incluidos semiconductores, productos farmacéuticos y energía.

"Hay un malentendido fundamental sobre cómo funciona este proceso de inversión", explicó la analista comercial María Chen. "Una comisión conjunta selecciona los objetivos de inversión basándose en propuestas de ambos países, pero Trump parece convencido de que tiene autoridad de decisión unilateral. Takaichi debe corregir esto sin ofenderlo".

Minerales estratégicos y preocupaciones sobre China

Japón y Estados Unidos esperan firmar una declaración de intenciones sobre cooperación en construcción naval y extracción de tierras raras, como parte de los esfuerzos de ambas naciones para reducir la dependencia de las importaciones chinas. Según informó Asia Times, Japón ha reducido su dependencia de las tierras raras chinas de casi el 100% en 2010 a menos del 60% en la actualidad, gracias a asociaciones estratégicas e innovación tecnológica.

"Cualquier movimiento hacia la contención de China corre el riesgo de dañar nuestras relaciones cuidadosamente reconstruidas con Seúl y Pekín", señaló la experta en política exterior Dra. Akiko Sato. "La decisión de Takaichi de no visitar el controvertido santuario de Yasukuni a principios de este año estaba claramente dirigida a evitar tensiones regionales innecesarias".

Legado político y apoyo doméstico

Takaichi se beneficia de ser la heredera política del asesinado ex primer ministro Shinzo Abe, con quien Trump mantuvo una relación cercana. Mañana, Trump recibirá uno de los antiguos clubes de golf de Abe como un símbolo tangible de la amistad continua entre las naciones.

A nivel interno, Takaichi disfruta de un fuerte apoyo, con su gabinete registrando una aprobación del 65%, 11 puntos porcentuales más que su predecesor. "El público la ve como una líder fuerte que puede enfrentarse a la presión internacional mientras protege los intereses japoneses", dijo el comentarista político Yuki Nakamura.

Sin embargo, mientras Abe gobernó con mayoría parlamentaria, Takaichi equilibra entre su nuevo socio de coalición Nippon Ishin y una oposición crítica. Su destreza diplomática implica mantener el rumbo sin perder terreno político en casa ni dañar las relaciones en la región: un juego de alto riesgo con $550 mil millones en inversiones y la seguridad nacional de Japón en juego.

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