China utiliza el turismo como arma contra Japón tras las declaraciones de la primera ministra Takaichi sobre Taiwán, provocando cancelaciones masivas y consecuencias económicas, mientras Japón diversifica sus mercados turísticos.
El turismo se convierte en arma económica en la lucha de poder de Asia Oriental
En una dramática escalada de tensiones entre las dos mayores economías de Asia, China ha desplegado el turismo como arma política contra Japón tras las controvertidas declaraciones de la primera ministra japonesa Sanae Takaichi sobre Taiwán. La crisis diplomática, que comenzó el 7 de noviembre cuando Takaichi sugirió que un ataque chino a Taiwán podría constituir una 'situación que amenaza la vida' para Japón, ha evolucionado ahora hacia una confrontación económica total con el turismo como principal campo de batalla.
Impacto directo: aparcamientos vacíos y vuelos cancelados
Los efectos ya son visibles en los destinos turísticos japoneses. En el Monte Fuji, normalmente bullicioso por los grupos turísticos chinos, la agente de viajes Wangping Aw señala un aparcamiento casi vacío. 'Normalmente esto está lleno, especialmente durante la hora del almuerzo,' cuenta a los periodistas. 'Hoy tenemos turistas tailandeses, indonesios, filipinos, taiwaneses, pero no chinos.'
Según los datos de la Organización Nacional de Turismo de Japón, los turistas chinos representaron casi el 23% de todos los visitantes a Japón en 2025, con un gasto de aproximadamente 1,73 billones de yenes (9.500 millones de euros) solo en 2024. Entre enero y septiembre de 2025, 6,7 millones de turistas chinos visitaron Japón de un total de 28,3 millones de visitantes extranjeros.
La situación ha cambiado drásticamente desde la advertencia de viaje de China. Las aerolíneas chinas han cancelado casi uno de cada cinco vuelos a Japón para diciembre, lo que representa más de 156.000 asientos. Las reservas hoteleras de turistas chinos han caído más del 50% según la plataforma de reservas Tripla, con hoteles en Osaka que reportan tasas de cancelación del 50-70% hasta finales de este año.
Guerra económica con el turismo como arma
'Esta es una forma de coerción económica,' dice Mong Cheung, profesor de relaciones internacionales en la Universidad de Waseda en Tokio. 'Para los chinos, esta es una manera fácil de presionar a la primera ministra japonesa; les cuesta poco.'
La estrategia sigue un patrón conocido en el libro de jugadas diplomático de China. Como señala el análisis de AP News, China ha utilizado anteriormente tácticas similares de presión económica en disputas territoriales, aunque la escala de este uso del turismo como arma no tiene precedentes.
Hiroyuki Takahashi, presidente de la Asociación Japonesa de Agencias de Viajes, confirmó esta semana que 'hay una parada completa de los viajes en grupo desde China.' Unos días después, el gobierno chino repitió su advertencia, esta vez dirigida específicamente a los viajeros individuales.
Implicaciones más amplias y la reacción de Japón
El impacto económico puede ser significativo. Los economistas advierten que si las tensiones persisten, Japón podría esperar una caída potencial del PIB de 1,79 billones de yenes (una disminución del 0,29%) en un año, según un análisis de CNBC.
Sin embargo, la primera ministra Takaichi no muestra signos de retirada. 'Ella es políticamente más fuerte por su postura,' observa el profesor Cheung. 'Es popular entre el público y está usando este conflicto para consolidar su base de poder.' Takaichi disfruta actualmente de fuertes índices de aprobación del 69%.
Mientras tanto, el sector turístico de Japón se está adaptando. 'Ahora nos enfocamos en visitantes australianos, estadounidenses y taiwaneses,' dice la agente de viajes Aw. 'Noto entre colegas del sector que todos están trabajando activamente en eso. Al final, también es un negocio inteligente no depender demasiado de un solo país.'
Más allá del turismo: otros medios de presión
'Esto es solo el comienzo,' advierte Cheung. 'China tiene más cartas en la mano, desde sanciones económicas hasta restricciones de tierras raras, y en el peor de los casos, la detención de ciudadanos japoneses en su propio territorio.'
China ya ha desplegado las llamadas tácticas de zona gris, enviando buques de la guardia costera, aviones de combate y drones a aguas en disputa alrededor de las islas Senkaku (conocidas como islas Diaoyu en China). Estas tensiones reflejan lo que el análisis de Firstpost describe como un peligroso nuevo punto bajo en las relaciones China-Japón, con vías diplomáticas limitadas disponibles.
Consecuencias a largo plazo y cambios estratégicos
La crisis podría acelerar la diversificación estratégica de Japón lejos de la dependencia del turismo chino. Según el informe de The Straits Times, Japón ya está desplazando el enfoque hacia los mercados del sudeste asiático, taiwanés y surcoreano.
El profesor Cheung cree que el turismo eventualmente perderá su poder como herramienta de presión. 'Esta disputa podría durar al menos un año más,' dice. 'Pero China todavía tiene muchas otras formas de aumentar la presión sobre Japón.'
El punto muerto representa más que una simple disputa diplomática; es una prueba fundamental de la interdependencia económica como fuerza estabilizadora en las relaciones internacionales. Mientras las dos potencias económicas navegan esta crisis, el mundo observa si el turismo, alguna vez visto como un puente entre culturas, se ha convertido simplemente en otra arma en el arsenal del conflicto geopolítico.
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