Pruebas europeas con una semana laboral de cuatro días muestran mayor productividad y satisfacción de los empleados, aunque persisten desafíos para la industria.

Recientes experimentos con una semana laboral de cuatro días en Europa han arrojado resultados prometedores, con mejoras en productividad, satisfacción de los empleados y menos casos de agotamiento. Países como Islandia, España y el Reino Unido han liderado esta iniciativa, con muchas empresas adoptando el modelo de manera permanente.
Según estudios, los empleados reportaron una mejor salud física y bienestar mental, mientras que los empleadores encontraron más fácil atraer talento. El modelo 100-80-100—100% del salario por 80% del tiempo manteniendo el 100% de productividad—resultó efectivo, especialmente en el sector empresarial.
Sin embargo, persisten desafíos para la industria, donde un horario comprimido puede aumentar los niveles de estrés. A pesar de esto, el movimiento gana popularidad, con la automatización y los arreglos laborales flexibles allanando el camino para una mayor aceptación.