El artículo examina la paradoja moderna de la productividad, donde los empleados se sienten agotados y menos productivos a pesar de los avances en IA y herramientas digitales. Rastrea el fenómeno hasta los años 70 y analiza su resurgimiento tras el COVID, con soluciones para cerrar la brecha entre tecnología y bienestar.

La gran ilusión de la productividad: por qué trabajamos más pero sentimos que logramos menos
Tras la pandemia de COVID-19, el trabajador moderno ha adoptado una gran cantidad de herramientas de productividad y soluciones impulsadas por IA. Sin embargo, muchas personas se sienten agotadas y menos productivas que nunca. Este fenómeno, a menudo denominado la "paradoja de la productividad", destaca una brecha entre el avance tecnológico y las ganancias percibidas en productividad.
La paradoja de la productividad explicada
El término "paradoja de la productividad" fue introducido por primera vez por el economista Erik Brynjolfsson en los años 90, inspirado por la observación de Robert Solow de que "se ve la era de la computación en todas partes excepto en las estadísticas de productividad". Históricamente, esta paradoja surgió en los años 70 y 80, cuando los rápidos avances en tecnología de la información (TI) no condujeron a un crecimiento medible de la productividad. Hoy vemos una tendencia similar mientras la IA y las herramientas digitales se expanden sin un aumento correspondiente en la productividad general.
La cultura de la productividad post-COVID
La pandemia aceleró la adopción del trabajo remoto y las herramientas de colaboración digital. Aunque estas tecnologías prometían eficiencia, también desdibujaron los límites entre el trabajo y la vida personal, lo que llevó al agotamiento. Un estudio reciente de la Gallup Organization mostró que el 76% de los empleados experimenta agotamiento al menos ocasionalmente, con un 28% reportando agotamiento frecuente.
¿Somos realmente más productivos?
Los expertos sugieren que la ilusión de productividad surge de un enfoque excesivo en métricas de producción en lugar de resultados significativos. "Medimos las cosas equivocadas", dice la Dra. Linda Stone, investigadora de productividad. "La conexión constante no equivale a productividad; a menudo lleva a una sobrecarga cognitiva y a una creatividad reducida".
El camino a seguir
Para abordar esta paradoja, las organizaciones deben revisar las métricas de productividad y priorizar el bienestar de los empleados. Estrategias como sesiones de "trabajo profundo", desintoxicaciones digitales y horarios flexibles están ganando popularidad como formas de promover una productividad real sin agotamiento.