Acuerdo histórico en la cumbre de La Haya
Los líderes de la OTAN han alcanzado un acuerdo histórico durante la cumbre de 2025 en La Haya, mediante el cual todos los estados miembros se comprometen a aumentar su gasto en defensa al 5% del PIB para 2035. Esto representa más del doble del objetivo anterior del 2% establecido en 2014 y marca la promesa de inversión en defensa más importante en los 76 años de historia de la alianza.
El nuevo Plan de Inversión de La Haya establece una estructura dual: el 3,5% del PIB debe asignarse a gastos militares básicos, incluidos personal, operaciones y equipamiento, mientras que el 1,5% restante puede destinarse a gastos relacionados con la seguridad como ciberseguridad, protección de infraestructura crítica e innovación en defensa.
Cambio estratégico tras amenazas crecientes
La decisión llega en medio de crecientes preocupaciones de seguridad tras la continua agresión de Rusia en Ucrania y la creciente inestabilidad global. En su primer discurso importante como secretario general de la OTAN, Mark Rutte enfatizó la necesidad de acción inmediata: 'Debemos cambiar a una mentalidad de guerra y dar un impulso turbo a nuestra producción y gasto en defensa. El entorno de seguridad no exige menos.'
La cumbre mostró tanto unidad como división entre los 32 estados miembros. Polonia, ya el mayor gastador relativo en defensa de la OTAN con el 4,5% del PIB, acogió con satisfacción el objetivo ambicioso. El ministro de Defensa polaco Mariusz Błaszczak señaló: 'Este compromiso muestra que la OTAN comprende la gravedad de la situación de seguridad. Polonia va por delante y nos complace que otros sigan.'
Compromisos y desafíos de los estados miembros
Aunque la mayoría de los miembros adoptaron el nuevo objetivo, persisten desafíos significativos. España obtuvo una exención del compromiso del 5% debido a limitaciones presupuestarias internas y prioridades de bienestar, mientras que Eslovaquia y Grecia expresaron dudas sobre la viabilidad de aumentos tan rápidos.
Según datos recientes, actualmente solo 11 de los 32 miembros de la OTAN cumplen con el objetivo de gasto anterior del 2%. Estados Unidos sigue siendo el mayor contribuyente absoluto, con aproximadamente $980 mil millones en gasto anual en defensa, lo que representa alrededor del 65% del presupuesto total de defensa de la OTAN.
Los países de Europa del Este han sido particularmente vocales sobre la necesidad de aumentar el gasto. El ministro de Defensa estonio Hanno Pevkur señaló: 'Los países bálticos ya han aumentado significativamente su gasto. Ahora debemos trabajar juntos para garantizar que todos los aliados comprendan la urgencia de este momento.'
Inversiones en capacidad y modernización
La cumbre también abordó brechas críticas de capacidad y prioridades de modernización. Los ministros de Defensa acordaron nuevos objetivos de capacidad centrados en defensa aérea y antimisiles, capacidades de ataque de largo alcance y ciberdefensa mejorada. La alianza busca aumentar las existencias de armas y equipamiento en un 30% para abordar posibles vulnerabilidades en la cadena de suministro.
Ya están en marcha importantes programas de adquisición de equipos en toda la alianza. La reciente compra de Polonia de 180 tanques K2 surcoreanos por $6.700 millones le dará al país más tanques de combate que Alemania, Francia, Reino Unido e Italia juntos. Esfuerzos de modernización similares están teniendo lugar en toda Europa, con especial énfasis en artillería, sistemas de defensa aérea y capacidades marítimas.
Implementación y supervisión
Los estados miembros deben presentar hojas de ruta nacionales detalladas a mediados de 2026 que describan su camino para alcanzar el objetivo del 5%. La alianza realizará su primera evaluación importante en 2029 para evaluar el progreso y realizar los ajustes necesarios.
El acuerdo representa un cambio fundamental en el enfoque de seguridad colectiva de la OTAN. Como explicó un alto funcionario de la OTAN: 'Esto no se trata solo de alcanzar objetivos de gasto. Se trata de transformar fundamentalmente nuestra base industrial de defensa y garantizar que tengamos las capacidades necesarias para disuadir a cualquier agresor potencial.'
El compromiso podría aumentar potencialmente el gasto mundial en defensa en cientos de miles de millones de dólares anuales, lo que tiene implicaciones económicas significativas y, al mismo tiempo, remodela fundamentalmente el panorama de seguridad global para las próximas décadas.