Paraíso turístico transformado en centro de narcotráfico
Con sus prístinas playas blancas, aguas turquesas del Caribe y exuberantes selvas llenas de vida silvestre, Costa Rica ha sido durante mucho tiempo conocida como el principal destino turístico de América Central. Sin embargo, este paraíso tropical está experimentando una transformación oscura mientras los cárteles internacionales de drogas utilizan cada vez más la ubicación estratégica y la infraestructura portuaria del país para contrabandear enormes cantidades de cocaína hacia los mercados europeos.
El puerto de Moín como puerta de entrada
La apertura del moderno Terminal de Contenedores de Moín en 2019 ha cambiado fundamentalmente el papel de Costa Rica en el tráfico internacional de drogas. Ubicado justo fuera de la ciudad caribeña de Limón, esta instalación de última generación se ha convertido en una ruta primaria para los envíos de cocaína hacia Europa. 'El puerto de Moín se ha convertido en el punto de tránsito perfecto debido a las operaciones eficientes y la naturaleza perecedera de las exportaciones de frutas,' explica la analista de seguridad María Fernández. 'Los traficantes ocultan cocaína en compartimentos secretos dentro de contenedores con bananos y piñas, sabiendo que estos productos perecederos reciben inspección aduanera acelerada.'
Operaciones internacionales recientes han revelado la escala asombrosa de esta red de tráfico. En junio de 2025, las autoridades costarricenses, junto con colegas europeos, desmantelaron una organización criminal que había contrabandeado más de cinco toneladas de cocaína hacia Europa a través del terminal de Moín. La operación, codificada internacionalmente como 'Purge' y nacionalmente como 'Embassy Case', resultó en 37 arrestos en Costa Rica, España, Alemania, Portugal y Bélgica.
La violencia aumenta con la llegada de los cárteles
La llegada de grandes cárteles de drogas, particularmente el infame Clan del Golfo de Colombia, ha traído una violencia sin precedentes a Costa Rica. Según estadísticas oficiales del gobierno, los asesinatos entre 2020 y 2023 aumentaron en un asombroso 53 por ciento, con un récord de 907 homicidios en 2023. Este año parece que superará este sombrío hito.
'El gobierno invierte muy poco en nuestra fuerza policial. Hasta 2024, incluso recibíamos menos dinero cada año,' dice Randall Zuñiga, director de la policía de investigación en Costa Rica. 'Hay control fronterizo insuficiente, monitoreo inadecuado de la cocaína que llega desde la costa del Pacífico, y no hay suficientes programas para mantener a los jóvenes en el camino correcto.'
Vulnerabilidad juvenil y desesperación económica
Los costos humanos de esta epidemia de drogas son más visibles en comunidades como Limón, donde el desempleo y las tasas de pobreza son las más altas de Costa Rica. Alric Alrun, un profesor de secundaria en la ciudad, ha visto de cerca cómo la desesperación económica hace vulnerables a los jóvenes ante el reclutamiento criminal.
'La juventud de hoy quiere todo rápido - un auto, un teléfono nuevo,' explica Alrun. 'Vienen de familias donde los padres a menudo no pueden pagar la universidad. Se convierten en presa fácil para las pandillas.' Trágicamente, Alrun tiene experiencia personal con esta violencia - su primo Jairel fue asesinado por una pandilla rival después de ser seducido por la promesa de dinero rápido. En los últimos dos años, Alrun ha perdido otros tres estudiantes debido a la violencia relacionada con las drogas.
Irónicamente, la automatización en el nuevo puerto de Moín y APM Terminals ha empeorado la situación laboral, con muchos trabajadores locales perdiendo sus empleos debido a la tecnología y luego recurriendo al narcotráfico para obtener ingresos.
Respuesta internacional y perspectivas futuras
Las autoridades europeas están trabajando estrechamente con colegas costarricenses para combatir esta creciente amenaza. Europol ha estado involucrado en desmantelar rutas de tráfico sofisticadas donde la cocaína se oculta en envíos de yuca congelada y otras exportaciones legítimas de alimentos. La cooperación internacional ha producido resultados significativos, con múltiples toneladas de cocaína incautadas tanto en Costa Rica como en puertos europeos.
A pesar de estos esfuerzos, el director de policía Zuñiga sigue siendo pesimista sobre el futuro inmediato. 'Quizás tenga que empeorar primero antes de mejorar,' reflexiona. 'Para que la gente despierte y se dé cuenta: este no es el Costa Rica que queremos.'
Las autoridades enfatizan que la violencia afecta principalmente a barrios más pobres en lugar de áreas turísticas, pero reconocen el riesgo potencial para la reputación internacional de Costa Rica. 'Si un turista es alcanzado por una bala perdida, la imagen de Costa Rica podría estar en grave peligro,' advierte Zuñiga.
Mientras Costa Rica lucha con este desafío complejo, el país enfrenta la difícil tarea de mantener su industria turística mientras combate las poderosas redes criminales que han encontrado una ruta de tránsito ideal a través de su territorio.