
Nuevo estudio revela vínculo entre dieta y salud mental
Un estudio innovador publicado en el Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics muestra una fuerte correlación entre el consumo de alimentos ultraprocesados y la depresión. La investigación siguió a 13,870 funcionarios brasileños durante 8 años. Los participantes en el cuartil más alto de consumo de UPF tuvieron un 58% más de probabilidades de sufrir depresión persistente en comparación con aquellos con ingesta mínima.
Hallazgos clave
El Estudio Longitudinal Brasileño de Salud del Adulto (ELSA-Brasil) descubrió:
- Los participantes que consumían más alimentos ultraprocesados tenían 1.58 veces más probabilidades de sufrir depresión persistente
- Reemplazar solo el 5% de los UPF con alimentos no procesados redujo el riesgo de depresión en un 6%
- Los edulcorantes artificiales y las bebidas azucaradas mostraron los efectos negativos más fuertes
- Cada aumento del 10% en el consumo de UPF incrementó el riesgo de depresión en un 11%
¿Qué son los alimentos ultraprocesados?
Según el sistema de clasificación NOVA, los alimentos ultraprocesados son formulaciones industriales con aditivos como conservantes, colorantes artificiales y potenciadores de sabor. Ejemplos comunes incluyen:
- Pan y pasteles industriales
- Pizza congelada y fideos instantáneos
- Refrescos y yogures aromatizados
- Carnes procesadas y snacks salados
Implicaciones globales para la salud
Este estudio se alinea con hallazgos previos del Estudio de Salud de las Enfermeras de Harvard, que mostró que el consumo de UPF aumenta el riesgo de depresión entre un 34-49%. Dado que los UPF representan más del 50% de las calorías en las dietas estadounidenses y británicas, los expertos en salud piden acción. "Estos alimentos pueden alterar la comunicación intestino-cerebro y causar inflamación", explica la investigadora principal, la Dra. Naomi Ferreira.
Las organizaciones de salud recomiendan priorizar alimentos no procesados como frutas, verduras y proteínas magras, mientras se limitan los UPF. A medida que crece la evidencia, algunos países como Chile y México han implementado etiquetas de advertencia en productos ultraprocesados.