EE. UU. está rezagado en trenes de alta velocidad debido a desafíos políticos, económicos y de infraestructura. La financiación federal inconsistente, los altos costos y las vías compartidas con trenes de carga obstaculizan el progreso, aunque iniciativas privadas como Brightline ofrecen esperanza.

Por qué los trenes de alta velocidad en EE. UU. se estancan
Obstáculos políticos y económicos para su implementación nacional
Los trenes de alta velocidad (TAV) han sido un tema de debate en Estados Unidos durante mucho tiempo, pero el país está muy por detrás de naciones como China, Japón y muchos países europeos. A pesar del éxito de Amtrak's Acela y el surgimiento de iniciativas privadas como Brightline, EE. UU. enfrenta dificultades para implementar una red nacional de trenes de alta velocidad. Las razones son múltiples e incluyen desafíos políticos, económicos y de infraestructura.
Obstáculos políticos
Uno de los principales obstáculos para los trenes de alta velocidad en EE. UU. es la falta de apoyo federal consistente. Aunque el gobierno de Obama asignó $8 mil millones en 2009 para proyectos de TAV, administraciones posteriores no priorizaron la infraestructura ferroviaria. La Ley de Infraestructura Bipartidista de 2021 incluyó $66 mil millones para trenes de pasajeros, pero estos fondos se distribuyen entre numerosos proyectos, dejando poco para iniciativas transformadoras de TAV.
Desafíos económicos
Los costos de construcción de trenes de alta velocidad en EE. UU. son astronómicos en comparación con otros países. La adquisición de terrenos, las evaluaciones ambientales y los costos laborales aumentan los gastos, lo que hace que proyectos como el High-Speed Rail de California (CHSR) sean notorios por sus sobrecostos. El CHSR, inicialmente estimado en $33 mil millones, ahora se espera que cueste más de $100 mil millones, con solo una fracción de la vía planificada construida.
Limitaciones de infraestructura
A diferencia de países con corredores dedicados de TAV, EE. UU. depende en gran medida de vías compartidas con trenes de carga, lo que limita las velocidades de los trenes. La modernización de la infraestructura existente o la construcción de nuevas líneas requiere inversiones significativas y coordinación entre múltiples partes interesadas, incluidas las empresas ferroviarias de carga y los gobiernos locales.
Participación del sector privado
Empresas privadas como Brightline están llenando el vacío. La ruta de Brightline en Florida y el próximo proyecto Brightline West entre Las Vegas y Los Ángeles muestran el potencial de las inversiones privadas en TAV. Sin embargo, estos proyectos son excepciones más que la regla, y su éxito depende de condiciones regulatorias favorables.
El camino a seguir
Para ponerse al día, es esencial una combinación de financiamiento federal, regulaciones simplificadas y colaboración público-privada. El éxito de proyectos como Brightline West y el segmento Central Valley del CHSR podría allanar el camino para una red de TAV más robusta en el futuro.