El Mecanismo de Ajuste de Carbono en Fronteras (CBAM) de la UE ya está operativo, requiriendo que importadores paguen por emisiones de CO₂ en productos como acero y cemento. Esta política climática busca prevenir la 'fuga de carbono' pero podría generar tensiones comerciales, especialmente con el Reino Unido y Australia implementando sistemas similares. Simplificaciones recientes protegen a pequeños importadores manteniendo los objetivos ambientales.

¿Qué es el CBAM y por qué es importante?
El Mecanismo de Ajuste de Carbono en Fronteras (CBAM) de la Unión Europea ya está completamente operativo, lo que marca un cambio significativo en la aplicación de políticas climáticas globales. A partir de enero de 2026, los importadores que introduzcan bienes intensivos en carbono en la UE deberán adquirir certificados CBAM que correspondan a los gases de efecto invernadero emitidos durante la producción. Este innovador sistema reemplaza la fase de transición iniciada en octubre de 2023, donde los importadores solo reportaban emisiones sin penalizaciones financieras.
Cómo funciona el sistema
Bajo el régimen definitivo, los importadores de cemento, hierro/acero, aluminio, fertilizantes, electricidad e hidrógeno deben:
- Declarar anualmente las emisiones incorporadas en sus bienes
- Comprar certificados CBAM al precio medio semanal de subasta del Sistema de Comercio de Emisiones (ETS) de la UE
- Entregar certificados para cubrir las emisiones
Si los productores pueden demostrar que ya han pagado costos de carbono en su país de origen, estos montos se deducirán. El mecanismo está diseñado para ser compatible con la OMC y prevenir la 'fuga de carbono', donde las empresas trasladan la producción a regiones con regulaciones climáticas más débiles.
Reacciones internacionales e implicaciones comerciales
Esta política ha generado debate internacional. Mientras grupos ambientalistas la aplauden, socios comerciales como China, India y Rusia expresan preocupación por un posible proteccionismo encubierto. El Reino Unido prepara su propio CBAM para 2027, mientras que Australia recientemente recomendó un sistema similar centrado en importaciones de cemento.
Según un informe del IISD, la fuga de carbono compensa entre el 13-25% de las reducciones de emisiones logradas mediante precios al carbono. El CBAM busca cerrar esta brecha, pero podría provocar represalias. La OMC actualmente media conversaciones sobre una implementación justa.
Simplificación para empresas
En febrero de 2025, la UE propuso un paquete de simplificación que incluye:
- Un umbral de 50 toneladas para pequeños importadores
- Procesos de autorización optimizados
- Medidas reforzadas contra elusión
Esto cubriría el 99% de las emisiones mientras reduce cargas administrativas para el 90% de las empresas. Productores no comunitarios pueden registrar datos de emisiones en el registro CBAM para reporte automático.
¿Qué sigue?
Para 2030, el CBAM se expandirá a todos los sectores cubiertos por el ETS de la UE. Las asignaciones gratuitas para industrias europeas se eliminarán gradualmente hasta 2034. La Comisión desarrolla mecanismos de apoyo para países en desarrollo facilitando la transición.
Como el primer impuesto fronterizo al carbono integral del mundo, el CBAM establece un precedente que podría transformar la producción global y acelerar la descarbonización, pero solo si se implementa equitativamente entre bloques comerciales.