Fondo Climático Histórico Inicia Fase Crítica de Implementación

El Fondo de la ONU para Pérdidas y Daños inicia su implementación con $800M en promesas, el Banco Mundial como fideicomisario y una fase piloto de $250M a partir de diciembre de 2025. Las estructuras de gobernanza y los criterios de proyectos se centran en el impacto climático en países vulnerables.

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Fondo Climático Histórico Inicia Fase Crítica de Implementación

El Fondo de la ONU para Pérdidas y Daños por Cambio Climático (FRLD) está realizando la transición de un acuerdo político a una ejecución práctica, convirtiendo las promesas de los donantes en estructuras de gobernanza operativas y criterios de selección de proyectos. Establecido durante la COP27 en 2022 y adoptado formalmente en la COP28, este histórico mecanismo de financiamiento climático representa un avance para los países en desarrollo vulnerables que durante mucho tiempo han exigido compensación por los impactos climáticos a los que no pueden adaptarse.

Compromisos de los Donantes: Promesas versus Realidad

Según informes recientes, el fondo ha recibido aproximadamente $800 millones en promesas voluntarias de países más ricos, aunque solo se han materializado $431 millones de los $788 millones prometidos originalmente. Esto sigue estando muy por debajo de la necesidad anual estimada de $724 mil millones para abordar las pérdidas y daños relacionados con el clima en los países en desarrollo. 'Las promesas iniciales representan menos del 0,2% de lo que realmente se necesitará anualmente para 2030,' señala un analista de políticas del Lowy Institute. Los principales contribuyentes son Alemania, los Emiratos Árabes Unidos, Francia y Japón, aunque las asignaciones específicas siguen siendo fluidas mientras los países trabajan para cumplir sus compromisos.

La Estructura de Gobernanza Toma Forma

El marco de gobernanza del fondo se consolidó mediante decisiones clave durante la tercera reunión del Consejo en Bakú, Azerbaiyán, en septiembre de 2024. El Consejo aprobó acuerdos de alojamiento y fideicomiso con el Banco Mundial, que actuará como fideicomisario interino por un período inicial de cuatro años. 'Esta colaboración con el Banco Mundial proporciona la columna vertebral institucional necesaria para una gestión efectiva del fondo, manteniendo la supervisión del Consejo,' explica un funcionario de la CMNUCC familiarizado con las negociaciones.

El Consejo de 26 miembros, que representa tanto a países desarrollados como en desarrollo, retiene la autoridad de toma de decisiones como órgano rector del fondo. El Director Ejecutivo Ibrahima Cheikh Diong lidera ahora una secretaría en crecimiento que gestionará las operaciones diarias desde el país anfitrión del fondo, Filipinas.

Criterios de Selección de Proyectos: Equilibrio entre Urgencia e Igualdad

Uno de los desafíos más críticos para el fondo es desarrollar criterios de selección de proyectos justos y efectivos. Las Modalidades de Implementación de Barbados (BIM) han reservado $250 millones para una fase piloto, aceptando solicitudes de financiación de hasta $20 millones a partir de diciembre de 2025. 'Estamos diseñando criterios que prioricen a los países más vulnerables, asegurando que los fondos lleguen a organizaciones de base y estados afectados por conflictos,' dice un miembro del grupo de asesoramiento técnico.

El marco de selección busca equilibrar diversas prioridades en competencia: abordar tanto pérdidas económicas (como daños a la infraestructura) como no económicas (como la destrucción del patrimonio cultural), responder tanto a eventos climáticos extremos como a desastres de evolución lenta como el aumento del nivel del mar, y servir tanto a países de bajos ingresos como de ingresos medios.

Cronograma de Implementación y Desafíos

El fondo se encuentra actualmente en la fase crítica de puesta en marcha para 2025-2026, con los primeros desembolsos previstos para comenzar en enero de 2026. Las decisiones clave durante 2025 se centrarán en desarrollar políticas operativas interinas y modalidades de financiación. 'La fase piloto tiene como objetivo probar varios modelos para responder a las pérdidas relacionadas con el clima, incluidos el desplazamiento y las brechas post-desastre entre la ayuda humanitaria y la de desarrollo,' explica un experto en financiamiento climático.

Sin embargo, persisten desafíos significativos. Los países desarrollados prefieren enfoques limitados, ex-ante, que se centren en países vulnerables específicos, mientras que los países en desarrollo abogan por una cobertura amplia que incluya respuesta rápida, rehabilitación y abordaje de pérdidas tanto económicas como no económicas. También existen preocupaciones sobre si las agencias humanitarias podrán acceder al dinero en medio de recortes presupuestarios y cómo los fondos llegarán a estados frágiles afectados por conflictos.

El Camino hacia la COP30 y Más Allá

Todos los ojos están puestos ahora en la COP30 en noviembre de 2025, donde se espera finalizar las decisiones sobre la asignación interina de recursos, modalidades de financiación y cronogramas de implementación. El fondo representa un gran logro en justicia climática, pero su éxito dependerá de una financiación adecuada, una gobernanza transparente y mecanismos de entrega efectivos. 'Esto no se trata solo de dinero; se trata de generar confianza y demostrar que la comunidad internacional puede cumplir sus promesas climáticas,' concluye un representante de la Alianza de Pequeños Estados Insulares.

A medida que los impactos climáticos se intensifican a nivel mundial, la implementación del Fondo de Pérdidas y Daños servirá como una prueba crucial de la cooperación internacional y la justicia climática en acción.

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