Rusia lanzó ataques coordinados masivos contra la infraestructura energética de Ucrania, causando apagones generalizados en Kiev y la muerte de una niña. El ataque involucró más de 450 drones y 30 misiles.

Ataque coordinado ruso causa apagón generalizado
Kiev experimentó el apagón más severo en meses después de un ataque nocturno masivo ruso contra la infraestructura energética de Ucrania. El ataque coordinado involucró más de 450 drones y 30 misiles, causando daños generalizados a centrales eléctricas y redes de transmisión en múltiples regiones.
El presidente Volodymyr Zelensky condenó el ataque y declaró: 'Este fue un ataque cínico y calculado diseñado para aterrorizar a nuestra población civil ahora que se acerca el invierno. Rusia está atacando sistemáticamente nuestra infraestructura energética para crear privaciones máximas para los ucranianos comunes.'
Crisis humanitaria en desarrollo
El ataque dejó a grandes partes de Kiev sin electricidad, agua y calefacción, con servicios de emergencia reportando al menos nueve heridos en la capital. Un edificio de apartamentos de 17 pisos se incendió después de un impacto, requiriendo la evacuación de cientos de residentes. En la región de Zaporizhia, una niña de siete años murió durante ataques separados con drones.
El alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, confirmó que 'la infraestructura crítica fue atacada deliberadamente, causando apagones y problemas de suministro de agua en distritos al este del río Dniéper.' El ataque representa uno de los mayores asaltos concentrados contra el sistema energético ucraniano desde el inicio de la guerra en 2022.
Preparativos de invierno amenazados
El momento de estos ataques parece estratégicamente calculado, ya que Ucrania se prepara para el invierno cuando la demanda de energía típicamente aumenta en un 50%. Según el Agencia Internacional de Energía, Ucrania enfrenta un déficit potencial de electricidad de 6 GW este invierno, con la demanda máxima esperada en 18,5 GW en comparación con la necesidad de verano de 12 GW.
La ministra de Energía, Svitlana Grynchuk, anunció en Facebook que los equipos de reparación fueron desplegados inmediatamente: 'Tan pronto como las condiciones de seguridad lo permitan, los expertos en energía comenzarán a evaluar los daños y realizar trabajos de reparación. Estamos tomando todas las medidas necesarias para mitigar las consecuencias de este apagón.'
Daños duraderos a la infraestructura
Este último ataque continúa la campaña sistemática de Rusia contra el sector energético ucraniano. Desde principios de 2024, más de 400 misiles y drones han sido dirigidos contra infraestructura energética, con ataques particularmente intensos en marzo y agosto. El daño a la capacidad de generación de energía de Ucrania ha sido devastador, con aproximadamente el 70% de la generación térmica del país dañada o bajo ocupación rusa.
El costo financiero continúa aumentando, con daños solo al sector eléctrico que superaron los $11,400 millones a mediados de 2024. Los expertos estiman que los costos de reconstrucción podrían acercarse a los $30,000 millones, requiriendo enormes inversiones internacionales y años de reconstrucción.
Respuesta internacional y desafíos futuros
La Unión Europea ha proporcionado €3,000 millones en asistencia, incluyendo transferencias de equipos como una central térmica desmantelada de Lituania. Pero a medida que se acerca el invierno, la situación sigue siendo precaria. Según el coordinador humanitario de la ONU, Matthias Schmale, las tropas rusas han destruido aproximadamente el 65% de la capacidad de producción de energía de Ucrania, lo que describió como 'probablemente el período invernal más difícil del conflicto hasta ahora.'
La capacidad de Ucrania para resistir estos ataques y mantener servicios esenciales dependerá en gran medida del apoyo internacional continuo, particularmente en sistemas de defensa aérea y equipos energéticos. Los próximos meses pondrán a prueba tanto la resiliencia de Ucrania como el compromiso de la comunidad internacional para apoyar al país durante lo que promete ser otro invierno desafiante en condiciones de guerra.