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La UE navega por dinámicas comerciales complejas entre EE.UU. y China, equilibrando cooperación y rivalidad mientras busca autonomía estratégica en su política industrial.
La Unión Europea (UE) se encuentra en un delicado equilibrio mientras las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China continúan escalando. Con ambas potencias luchando por la dominación económica global, la política industrial de la UE se ha convertido en un punto central de maniobras estratégicas.
La UE es el mayor socio comercial de China, y China es el mayor socio comercial de la UE, una relación regulada por el Acuerdo de Comercio y Cooperación UE-China de 1985. Sin embargo, en los últimos años, la UE ha adoptado una postura más crítica, calificando a China como un "rival sistémico" mientras mantiene la cooperación en áreas como la ciencia y la tecnología.
Las negociaciones para el Acuerdo Integral de Inversiones (CAI) entre la UE y China comenzaron en 2014, con el objetivo de profundizar los lazos económicos. Sin embargo, el acuerdo ha enfrentado obstáculos significativos, incluida la oposición política y las preocupaciones sobre las políticas de derechos humanos de China. El Parlamento Europeo congeló su ratificación en 2021, lo que refleja un creciente escepticismo.
El deseo de autonomía estratégica de la UE se ve complicado por la presión de EE.UU. Mientras la administración Biden intenta restaurar el liderazgo estadounidense, la UE busca mantener su independencia, especialmente en políticas comerciales e industriales. Esta tensión subraya los desafíos de navegar en un mundo multipolar.
A medida que la guerra comercial entre EE.UU. y China se intensifica, la UE debe ajustar cuidadosamente sus políticas para evitar una dependencia excesiva de cualquiera de las dos potencias. Fortalecer los mercados internos y diversificar los socios comerciales será esencial para mantener su posición como actor económico global.
