Alemania comienza a rechazar solicitantes de asilo en la frontera bajo una nueva política, a pesar de la cooperación incierta con los países vecinos y posibles desafíos legales.

Alemania ha comenzado a rechazar solicitantes de asilo en la frontera, devolviendo a 32 personas en la primera semana de la nueva política. El ministro del Interior, Dobrindt, anunció las medidas, lo que marca un cambio en la política migratoria. Sin embargo, la cooperación con los países vecinos sigue siendo incierta, ya que Polonia no aceptó a dos solicitantes de asilo afganos devueltos por Alemania.
El canciller Merz había abogado previamente por controles migratorios más estrictos debido a preocupaciones sobre la seguridad pública. El gobierno ahora invoca el artículo 72 de un tratado de la UE para justificar los rechazos fronterizos, aunque niega haber declarado un estado de emergencia formal. Se esperan desafíos legales, ya que los críticos cuestionan la conformidad de la política con las leyes de asilo europeas.