China revierte su política para abordar la crisis demográfica
En un notable cambio de política, China ha anunciado que aplicará un impuesto al valor añadido (IVA) del 13% a los anticonceptivos, incluidos los condones. Esto pone fin a una exención fiscal que ha durado más de tres décadas. La medida, que entrará en vigor en enero de 2026, representa el último intento de Pekín de estimular la tasa de natalidad decreciente del país, mientras se enfrenta a lo que los expertos denominan una crisis demográfica 'irreversible'.
De la restricción al estímulo poblacional
La política marca un giro completo respecto al enfoque anterior de China en planificación familiar. Durante años, el gobierno promovió activamente la anticoncepción a través de exenciones fiscales y programas de accesibilidad como parte de la controvertida política del hijo único, implementada en 1979 para controlar el crecimiento explosivo de la población. 'Esto es un giro de 180 grados en la filosofía,' dice el Dr. Li Wei, investigador demográfico de la Universidad de Pekín. 'Durante décadas les dijimos a las personas que no tuvieran hijos; ahora básicamente les estamos diciendo que sí los tengan.'
La exención fiscal se introdujo originalmente en 1993 para hacer que la anticoncepción fuera más asequible y accesible durante el apogeo de la política del hijo único. Ahora, con una población que disminuye por tercer año consecutivo y tasas de natalidad que alcanzan mínimos históricos, el gobierno intenta utilizar todas las palancas disponibles para fomentar familias más numerosas.
La bomba de tiempo demográfica
Los desafíos demográficos de China son graves. Según Al Jazeera, la población del país disminuyó en 1,39 millones en 2024, hasta los 1.408 mil millones, marcando el tercer año consecutivo de descenso. El número de nacimientos cayó el año pasado a solo 9,5 millones, una de las cifras más bajas en más de seis décadas y una disminución desde los 14,7 millones de 2019.
Las implicaciones son profundas. La fuerza laboral de China se está reduciendo mientras la población mayor crece rápidamente, lo que los economistas denominan una 'inversión del dividendo demográfico'. 'Estamos mirando hacia un futuro en el que simplemente no habrá suficientes trabajadores jóvenes para mantener a una población que envejece,' explica el economista Zhang Ming de la Universidad Fudan en Shanghái. 'El sistema de pensiones, los costos de atención médica y la productividad económica están todos en riesgo.'
Surgen preocupaciones de salud pública
Mientras el gobierno describe el impuesto como una medida necesaria para abordar la disminución de la población, los expertos en salud pública están dando la voz de alarma. U.S. News informa que los profesionales de la salud temen que la política pueda llevar a una reducción en el uso del condón, lo que podría aumentar potencialmente las tasas de enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados.
'Hacer que la anticoncepción sea más cara es un paso atrás para la salud pública,' dice la Dra. Wang Lin, especialista en salud reproductiva en Guangzhou. 'Podríamos ver aumentos en ETS como la sífilis y la gonorrea, que ya afectan a cientos de miles de ciudadanos chinos al año. Y no olvidemos la prevención del VIH/SIDA.'
Las preocupaciones son especialmente agudas para los grupos de bajos ingresos que podrían tener dificultades para pagar la anticoncepción una vez que entre en vigor el impuesto. China ya reporta aproximadamente 9-10 millones de abortos al año, y los expertos temen que este número pueda aumentar si el acceso a la anticoncepción se vuelve más difícil.
Reacción en redes sociales y realidades económicas
La política ha generado acalorados debates en las plataformas de redes sociales chinas. Muchos usuarios cuestionan la lógica del enfoque, señalando que los costos de criar hijos superan con creces cualquier ahorro por evitar el impuesto a los anticonceptivos. 'Un impuesto del 13% en los condones puede agregar unos pocos yuanes al precio, pero criar a un hijo cuesta cientos de miles,' señaló un usuario de Weibo, capturando el sentimiento de muchos jóvenes chinos.
La presión económica sigue siendo el principal obstáculo para tasas de natalidad más altas. Según VnExpress, criar a un hijo en China cuesta más de seis veces el PIB per cápita del país, lo que hace que la expansión familiar sea financieramente desalentadora para muchas parejas. Los altos costos de vivienda, los gastos educativos y la presión profesional continúan desalentando a los jóvenes a tener familias más grandes.
Contexto político más amplio
El impuesto a los anticonceptivos es solo un elemento del enfoque multifacético de Pekín para abordar los desafíos demográficos. El gobierno también ha introducido exenciones fiscales para los costos de cuidado infantil, servicios de atención a personas mayores y servicios relacionados con el matrimonio. En 2021, China elevó el límite de hijos de dos a tres, y se han implementado incentivos financieros para familias más grandes en varias regiones.
Sin embargo, hasta ahora estas medidas no han logrado detener la tendencia demográfica. China perdió en 2023 su posición como el país más poblado del mundo frente a India, y la brecha sigue creciendo. Ambos países tienen ahora más de 1.400 millones de habitantes, pero la trayectoria de crecimiento de India apunta hacia arriba, mientras que la de China apunta hacia abajo.
Mientras China lidia con este cambio demográfico sin precedentes, el impuesto a los anticonceptivos representa tanto un intento simbólico como práctico de reformar las actitudes hacia la planificación familiar. Si tendrá éxito en estimular las tasas de natalidad o simplemente creará nuevos desafíos de salud pública está por verse, pero una cosa es clara: la política poblacional de China ha entrado en una nueva era de complejidad y contradicción.