Philips enfrenta acciones legales en Australia por problemas de seguridad en sus dispositivos de apnea del sueño, similares a los ocurridos en EE.UU. El regulador australiano acusa a Philips de violar normas de seguridad, afectando a más de 4400 dispositivos.

Los problemas legales de Philips por los dispositivos de apnea del sueño no han terminado. Después de la intervención del regulador estadounidense, ahora la Therapeutic Goods Administration (TGA) de Australia también ha dirigido su atención a Philips.
El regulador médico australiano está llevando a Philips a los tribunales debido a los problemas que surgieron hace cuatro años con el Dreamstation, el dispositivo de Philips que ayuda a los pacientes con apnea a dormir mejor. La TGA afirma que Philips importó dispositivos médicos que no cumplían con los estándares de seguridad australianos, violando así la ley.
La TGA estima que más de 4400 máquinas no cumplían con los requisitos. En estas máquinas, el aislamiento de espuma podía desprenderse, lo que permitía a los usuarios inhalar partículas de espuma durante el sueño. Además, la espuma podía bloquear el dispositivo, provocando su fallo y reduciendo el suministro de oxígeno en la sangre de los pacientes.
En Estados Unidos, el caso de la apnea ya le costó a Philips más de mil millones de dólares. El año pasado, la compañía llegó a un acuerdo de 1.100 millones de dólares con los usuarios para evitar demandas por daños personales. En Europa, no se han reportado quejas sobre estos dispositivos.
Philips ha respondido que la acusación no refleja la calidad y seguridad de los dispositivos de apnea actualmente disponibles en el mercado mundial. La empresa describe esto como un "nuevo capítulo" tras la retirada de productos en 2021 y afirma que está estudiando la acusación.