El humo de los incendios forestales en Canadá ha llegado a Europa, visible como neblina y atardeceres coloridos. Más de 200 incendios han provocado evacuaciones y empeorado la calidad del aire. El cambio climático contribuye a temporadas de incendios más tempranas e intensas.

El humo procedente de los incendios forestales en Canadá ha llegado hasta Europa. El servicio climático europeo Copernicus prevé que en los próximos días llegará más humo al continente.
Las imágenes satelitales de Copernicus muestran una mayor concentración de aerosoles sobre Europa y los Países Bajos. Estas son pequeñas partículas liberadas por los incendios forestales que permanecen suspendidas en el aire. Junto con otros gases nocivos, contribuyen a la contaminación del aire.
El humo no afecta la calidad del aire a nivel del suelo, ya que se encuentra en capas atmosféricas más altas, a kilómetros de altura. Sin embargo, es visible como una neblina en el cielo y provoca atardeceres rojizos y anaranjados. En algunas zonas de los Países Bajos, el cielo adquirió un tono lechoso en lugar de azul el domingo.
En las provincias canadienses de Alberta, Manitoba y Saskatchewan, los incendios forestales han ardido durante cinco días. En Saskatchewan, un incendio supera en tamaño a la provincia de Holanda Meridional. Más de 25,000 residentes han sido evacuados, y dos provincias han declarado el estado de emergencia.
Según el Centro Canadiense de Incendios Forestales, actualmente hay más de 200 incendios activos, la mitad de ellos fuera de control. El humo también se dirige hacia estados estadounidenses como Maine, empeorando la calidad del aire.
La temporada de incendios en Canadá suele comenzar en primavera, pero en los últimos 20 años ha empezado antes y se ha vuelto más intensa. En 2023, Canadá registró su peor temporada, con 18.5 millones de hectáreas quemadas. Las temperaturas extremas superiores a 30°C y los fuertes vientos agravan los incendios actuales.