Startups en Israel, Polonia y Corea del Sur están revolucionando los sistemas de defensa contra drones, con grandes implicaciones para la guerra en Ucrania y las estrategias militares futuras.

El Crecimiento de los Sistemas de Defensa contra Drones Militares
El conflicto continuo en Ucrania ha provocado una ola de innovación en el sector de defensa, especialmente en el ámbito de la guerra con drones. Startups de Israel, Polonia y Corea del Sur lideran el desarrollo de sistemas avanzados de defensa contra drones que transformarán la dinámica del campo de batalla en 2025. Estos sistemas van desde tecnologías avanzadas de interferencia hasta drones controlados por fibra óptica, lo que ofrece una resistencia sin precedentes contra la guerra electrónica.
El Papel de las Startups
Israel, un líder histórico en tecnología de defensa, ha visto cómo startups como Skylock y DroneShield innovan con dispositivos portátiles de interferencia que pueden neutralizar drones enemigos en segundos. Empresas polacas como FlyEye se centran en sistemas de detección impulsados por IA, mientras que la surcoreana Hanwha Systems desarrolla soluciones anti-drones basadas en láser. Estas innovaciones no solo mejoran la eficiencia en el campo de batalla, sino que también reducen los costos de las operaciones de defensa.
Impacto en la Guerra de Ucrania
Las fuerzas ucranianas están entre las primeras en adoptar estas tecnologías, integrándolas en su recién creada Fuerza de Sistemas No Tripulados (USF). La USF, establecida formalmente en junio de 2024, es la primera rama militar del mundo centrada en la guerra con drones. Según informes, Ucrania pierde entre 5,000 y 10,000 drones mensualmente debido a la guerra electrónica rusa, lo que hace que estos sistemas de defensa sean cruciales.
Perspectivas Futuras
Mientras la OTAN explora el concepto de un "muro de drones" a lo largo de su frontera oriental, se espera que la demanda de estas tecnologías aumente exponencialmente. El surgimiento de drones de fibra óptica, inmunes a la interferencia, subraya aún más la necesidad de soluciones de defensa adaptativas. Sin embargo, los problemas ambientales por la contaminación plástica de los cables de fibra óptica desechados siguen siendo un desafío.