EE.UU. realiza un nuevo ataque contra un presunto barco de drogas en el Pacífico, elevando el número de muertos a 107 en la polémica Operación Southern Spear, que enfrenta críticas internacionales por posibles violaciones del derecho internacional.
Último ataque cobra dos vidas mientras continúa polémica campaña
El ejército estadounidense ha llevado a cabo otro ataque mortal contra un presunto barco de contrabando de drogas en el Pacífico oriental, matando a dos personas y elevando el número total de muertos en estas operaciones controvertidas a al menos 107. El ataque del 29 de diciembre de 2025 marca la última escalada en la Operación Southern Spear, una campaña militar que ha transformado la lucha tradicional contra el narcotráfico en lo que los críticos llaman un conflicto armado ilegal.
El ataque y la justificación oficial
Según el Comando Sur de EE.UU., el ataque se dirigió a una embarcación 'operada por organizaciones terroristas designadas en aguas internacionales' que 'navegaba por rutas conocidas del narcotráfico en el Pacífico oriental'. El ejército publicó un breve video que muestra el ataque, afirmando que 'dos narcoterroristas masculinos fueron eliminados' y que no hubo bajas entre los militares estadounidenses.
El Secretario de Guerra Pete Hegseth, quien lidera estas operaciones, defendió el ataque como necesario para combatir el narcotráfico. 'Continuaremos tomando acciones decisivas contra aquellos que amenazan a las comunidades estadounidenses con narcóticos letales,' declaró Hegseth en una reciente sesión informativa.
Sin embargo, la administración Trump aún no ha proporcionado pruebas concretas de que las embarcaciones atacadas estuvieran realmente involucradas en el contrabando de drogas. Como dijo un asistente del Congreso, que habló bajo condición de anonimato, a los periodistas: 'Hemos visto informes de inteligencia, pero los vínculos entre estos barcos y los transportes reales de drogas siguen siendo, en el mejor de los casos, circunstanciales.'
Operación Southern Spear: Un nuevo enfoque militar
La Operación Southern Spear representa un cambio significativo en la política antidrogas de EE.UU. Lo que comenzó en enero de 2025 como una iniciativa naval para desplegar 'sistemas robóticos y autónomos' para vigilancia, ha evolucionado hasta convertirse en una campaña militar a gran escala con ataques letales. Según la página de Wikipedia sobre la operación, la campaña tiene como objetivo 'detectar, interrumpir y degradar las redes marítimas criminales e ilegales transnacionales'.
La operación se ha expandido dramáticamente desde septiembre de 2025, con ataques que ahora ocurren tanto en el Caribe como en el Pacífico oriental. EE.UU. ha designado a varios grupos criminales latinoamericanos como organizaciones terroristas, incluidos el Tren de Aragua de Venezuela y el Ejército de Liberación Nacional de Colombia, lo que proporciona justificación legal para la acción militar bajo la interpretación de la administración de los poderes de lucha contra el terrorismo.
Críticas crecientes y preocupaciones legales
Los ataques han provocado condenas desde múltiples frentes. El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, ha sido particularmente vocal, afirmando que los ataques violan el derecho internacional de los derechos humanos. 'Estos ataques letales equivalen a ejecuciones extrajudiciales,' dijo Türk en octubre de 2025, pidiendo su cese inmediato.
Human Rights Watch ha reiterado estas preocupaciones, señalando su investigador principal: 'EE.UU. está eludiendo los procedimientos normales de aplicación de la ley y llevando a cabo lo que parecen ser ejecuciones sumarias en alta mar. Esto establece un precedente peligroso sobre cómo las naciones pueden actuar contra presuntos criminales.'
Los expertos legales cuestionan si EE.UU. tiene derecho a usar la fuerza militar contra estas embarcaciones bajo el derecho internacional. La administración afirma que está involucrada en un 'conflicto armado no internacional' con los cárteles de la droga, pero muchos estudiosos del derecho internacional disputan esta caracterización. Como se señaló en un análisis de Just Security, estas operaciones 'se desvían de las prácticas normales de aplicación de la ley marítima' y plantean serias preguntas sobre la autoridad presidencial.
Tensiones regionales y contexto político
Los ataques ocurren en un contexto de tensiones elevadas entre EE.UU. y Venezuela. La administración Trump ha designado al gobierno de Maduro como una Organización Terrorista Extranjera y ha expandido la presión militar en la región. Algunos analistas creen que sacar a Nicolás Maduro del poder es un objetivo no declarado de la Operación Southern Spear.
Los gobiernos regionales han sonado la alarma sobre las acciones estadounidenses. Colombia, a pesar de ser un aliado tradicional de EE.UU., ha acusado al país de 'asesinato extrajudicial', mientras que Venezuela ha condenado los ataques como 'agresión imperialista'. México también ha expresado preocupación por el precedente que se establece para la intervención militar en lo que tradicionalmente han sido asuntos de aplicación de la ley.
A nivel interno, las operaciones enfrentan escrutinio del Congreso. El Senado controlado por los republicanos ha rechazado dos veces resoluciones para limitar la autoridad de Trump para continuar estas acciones militares, pero la preocupación bipartidista está creciendo. La senadora demócrata Elizabeth Warren declaró recientemente: 'El presidente no puede declarar unilateralmente la guerra a los traficantes de drogas. Estos ataques requieren autorización del Congreso y una supervisión adecuada.'
El costo humano y las implicaciones futuras
Con al menos 107 personas muertas en aproximadamente 30 ataques desde septiembre, el costo humano de la Operación Southern Spear sigue aumentando. La administración ha proporcionado información limitada sobre las víctimas, refiriéndose a ellas como 'narcoterroristas' sin ofrecer identificación o pruebas de sus presuntos crímenes.
A medida que la campaña entra en 2026, persisten las preguntas sobre su efectividad para reducir los flujos de drogas hacia Estados Unidos y las implicaciones a largo plazo para el derecho internacional. La transformación de la lucha contra el narcotráfico de una operación de aplicación de la ley a una campaña militar representa lo que un exfuncionario del Departamento de Estado llamó 'un cambio fundamental en cómo Estados Unidos enfrenta el crimen transnacional—con consecuencias potencialmente trascendentales para las normas globales y la política exterior estadounidense.'
El último ataque sugiere que la administración no tiene intención de reducir estas operaciones a pesar de las crecientes críticas. Con el número de muertos ahora por encima de 100 y los desafíos legales en aumento, la Operación Southern Spear parece destinada a seguir siendo una característica controvertida de la política exterior estadounidense en el hemisferio occidental.
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