
Ataques mortales conmocionan a las fuerzas de seguridad colombianas
Una serie devastadora de ataques coordinados ha dejado al menos dieciocho personas muertas y decenas de heridos en objetivos de las fuerzas de seguridad colombianas. Los ataques se dirigieron contra un helicóptero policial y una escuela militar de aviación, representando uno de los mayores desafíos de seguridad para el gobierno del presidente Gustavo Petro.
Ataque con dron en Antioquia
Doce agentes de policía fallecieron cuando su helicóptero fue atacado por un dron durante un vuelo hacia plantaciones de coca en el norte de Antioquia. Según el gobernador Andrés Julián, el ataque con dron provocó un incendio que causó el desplome de la aeronave. La misión formaba parte de los esfuerzos continuos para combatir la producción de drogas en la región.
Atentado con coche bomba en escuela militar de Cali
Horas más tarde, explotó un camión cargado de explosivos en una escuela militar de aviación en Cali, dejando seis muertos y más de setenta heridos. La explosión causó daños significativos a las instalaciones y áreas circundantes, con servicios de emergencia trabajando toda la noche en operaciones de rescate.
Atribución y reacción política
El presidente Petro atribuyó inicialmente el ataque al helicóptero al notorio cartel del Clan del Golfo, como represalia por incautaciones recientes de cocaína. Posteriormente afirmó que ambos ataques fueron ejecutados por disidentes de las FARC—exguerrilleros que rechazaron el acuerdo de paz de 2016. Ambos grupos mantienen una fuerte presencia en Antioquia y están intensamente involucrados en el narcotráfico.
Contexto: Conflicto continuo
Colombia sigue enfrentando desafíos de seguridad por parte de varios grupos armados, a pesar del histórico acuerdo de paz con las FARC. Facciones disidentes y carteles de droga han llenado vacíos de poder en regiones remotas y mantienen control mediante violencia y producción de drogas. Los esfuerzos del gobierno para combatir estos grupos se ven dificultados por su adaptación a nuevas tecnologías, incluida la guerra con drones.
Preocupaciones internacionales
Los ataques han generado preocupaciones sobre la estabilidad regional y la efectividad de las operaciones antidrogas. Colombia sigue siendo uno de los mayores productores de cocaína del mundo, y la violencia vinculada al narcotráfico continúa desafiando a las fuerzas de seguridad a pesar de décadas de iniciativas respaldadas por Estados Unidos como el Plan Colombia.