La Ley de Crecimiento y Oportunidad para África (AGOA) expiró el 30 de septiembre de 2025, amenazando miles de empleos en países africanos como Lesotho y Kenia. China está posicionada para llenar el vacío económico resultante, mientras las industrias textiles y agrícolas enfrentan crisis inmediatas.

Economías africanas en crisis tras expiración de programa comercial
El futuro de las relaciones comerciales entre Estados Unidos y 32 países africanos pende de un hilo tras la expiración de la Ley de Crecimiento y Oportunidad para África (AGOA) el 30 de septiembre de 2025, poniendo en peligro miles de empleos e industrias enteras en el continente. El histórico acuerdo comercial, que desde 2000 ofrecía acceso libre de impuestos a los mercados estadounidenses para más de 6.000 productos africanos, se ha convertido en víctima de la incertidumbre política y las cambiantes prioridades comerciales en Washington.
Industria del denim de Lesotho al borde del abismo
En el pequeño reino montañoso de Lesotho, conocido como la 'capital del denim' de África, las fábricas textiles que antes bullían de actividad ahora están paralizadas. La economía del país, que depende en gran medida de los beneficios de AGOA, enfrenta un posible colapso después de que clientes estadounidenses como Levi's y Wrangler cancelaran pedidos tras la expiración del pacto comercial. 'Hay un sentimiento de traición en Lesotho de que primero se les permitió fabricar jeans baratos para EE.UU. y luego fueron descartados,' dice la corresponsal en África Elles van Gelder.
Lesotho exportaba anualmente aproximadamente $237 millones en textiles a Estados Unidos, representando alrededor del 11% de su PIB. La crisis amenaza a más de 12.000 trabajadores textiles, principalmente mujeres que dominan la industria textil en este país donde la mitad de la población vive por debajo del umbral de pobreza. Según informes recientes, la situación se ha vuelto tan crítica que el gobierno ha declarado un estado de emergencia de dos años.
Impacto amplio en toda África
Las consecuencias se extienden mucho más allá de Lesotho. En Kenia, aproximadamente el 80% de la producción textil y de prendas de vestir se destina a Estados Unidos, proporcionando empleo a casi 70.000 personas. La industria de la vainilla en Madagascar, que exporta tres cuartas partes de su cosecha a los mercados estadounidenses, también enfrenta incertidumbre. 'El posible fin del acuerdo se sentirá particularmente en los cinco países con alta tasa de utilización, como Lesotho y Kenia,' dice el profesor Armin Cuyvers, quien enseña extensamente en países africanos. 'Allí, las empresas se han enfocado en las cadenas comerciales estadounidenses. Si EE.UU. no continúa el acuerdo, definitivamente habrá daño.'
Contexto histórico y oportunidades perdidas
AGOA fue establecida en 2000 como proyecto estrella del presidente Bill Clinton, diseñada para estimular el comercio y establecer la presencia estadounidense en la región. El programa permitía que más de 1.800 productos africanos - desde componentes automotrices de Sudáfrica hasta cacao de Costa de Marfil y petróleo crudo de Angola - ingresaran al mercado estadounidense sin aranceles.
Sin embargo, el profesor Cuyvers señala que el acuerdo no ha tenido el éxito esperado inicialmente. 'Uno de los objetivos de Clinton era desarrollar económicamente a África, pero ese objetivo se logró de manera muy limitada. Además, EE.UU. quería posicionarse mejor en la región, y eso tampoco se logró.' Este fracaso se atribuye en gran medida al surgimiento de China como el mayor socio comercial y prestamista de África desde el cambio de siglo.
Creciente influencia china
Mientras Estados Unidos lucha por extender AGOA, China ha establecido acuerdos con 53 países africanos, permitiendo que miles de productos se exporten libre de impuestos al mercado chino. 'EE.UU. es un socio comercial mucho más pequeño para África que Europa y China,' explica Cuyvers. 'El hecho es que el enfoque estadounidense no funciona: no contribuye a la diversificación de productos.'
El profesor Chibuike Uche del Centro de Estudios Africanos de Leiden está de acuerdo y enfatiza que la pobreza aumenta cuando no se agrega valor a un recurso natural o producto. 'Los chinos entienden eso bien. Por ejemplo, otorgan préstamos a empresas de cacao en Ghana para que puedan procesar los granos en chocolate y luego exportarlo.' Análisis recientes sugieren que China está estratégicamente posicionada para llenar el vacío económico creado por la expiración de AGOA.
Desafíos para la diversificación económica
El problema fundamental, según los expertos, es que muchos sectores africanos todavía se encuentran en las etapas iniciales de la cadena de valor. 'La verdadera ganancia económica viene en las etapas posteriores de procesamiento,' dice Cuyvers. 'Tomemos por ejemplo los granos de cacao crudos: con eso apenas ganas algo. Sin embargo, si se procesan en chocolate u otros productos finales, como hace Nestlé, las ganancias son mucho mayores.'
Esta falta de valor agregado ha limitado el impacto de desarrollo de AGOA. Aunque el programa dio un enorme impulso al sector textil y de confección, permitiendo que países como Lesotho y Kenia compitieran con grandes exportadores asiáticos como Bangladesh y Vietnam, no logró estimular una transformación económica más amplia.
Incertidumbre política y perspectivas futuras
La expiración ocurre en medio de la incertidumbre política en Washington, donde la legislación bipartidista para extender AGOA hasta 2041 está estancada. El senador John Kennedy presentó recientemente la Ley de Extensión de AGOA y Compromiso Bilateral para prolongar el programa por dos años mientras fortalece los intereses comerciales estadounidenses y contrarresta la influencia china en África. Pero con el programa ya expirado, el daño para muchas empresas africanas podría ser irreversible.
'Cuanto más daño cause EE.UU., más espacio habrá para que China y Europa llenen parte de ese vacío,' predice Cuyvers. 'Pero no espero que los flujos comerciales cambien en una semana; eso lleva tiempo.' Sin embargo, el impacto directo ya se siente en el cierre de fábricas y la pérdida de empleos en múltiples países africanos.
La situación subraya la naturaleza precaria de las relaciones comerciales de África y la necesidad urgente de asociaciones económicas más sostenibles que promuevan un desarrollo real en lugar de un acceso temporal al mercado.