La cumbre de la OTAN en La Haya probablemente será breve con conclusiones mínimas. Los preparativos son extensos, pero aún hay muchas incertidumbres, como la presencia de líderes y el contenido del comunicado final.

La próxima cumbre de la OTAN en La Haya, programada para finales de junio, promete ser todo menos una reunión rutinaria. Con solo cinco semanas por delante, lo único seguro es que no será una cumbre ordinaria. Mucho sigue siendo incierto, como la presencia del presidente estadounidense Donald Trump y si el presidente ucraniano Zelensky recibirá una invitación esta vez.
El líder de la OTAN, Rutte, parece optimista sobre el éxito de la cumbre, pero los diplomáticos en la sede están nerviosos. La cumbre será lo más breve posible para evitar que Trump, que no disfruta de reuniones largas, se impaciente. Se espera que el comunicado final sea extremadamente corto, posiblemente solo tres párrafos, en comparación con los 44 párrafos del comunicado de la cumbre en Washington el año pasado.
La cumbre reunirá a líderes de los 32 estados miembros de la OTAN, junto con miles de asesores, funcionarios y periodistas. Las medidas de seguridad son sin precedentes y están causando grandes molestias a los residentes de La Haya. Una carretera importante ya está cerrada desde abril, con más cierres durante la cumbre.
Los diplomáticos destacan que las verdaderas negociaciones sobre el comunicado a menudo comienzan en el último momento. Un punto de discordia será si Rusia es mencionada explícitamente como una amenaza para la alianza, una declaración que se ha incluido en cumbres anteriores desde la invasión rusa de Ucrania en 2022.