La base militar belga de Kleine-Brogel experimenta su tercer incidente con drones este fin de semana, con drones no identificados realizando vigilancia de recursos de la OTAN. Las autoridades los persiguen pero no logran interceptar los drones que vuelan hacia los Países Bajos.
Incidentes repetidos con drones en la Base Aérea de Kleine-Brogel
Por tercera vez este fin de semana, se han avistado drones no identificados sobre la base aérea belga de Kleine-Brogel, una instalación crucial de la OTAN donde están estacionados aviones de combate F-16 y donde se sospecha que se almacenan armas nucleares estadounidenses. El último incidente ocurrió alrededor de las 19:00 horas del domingo por la noche, cuando el personal de la base detectó múltiples drones cerca de la instalación militar estratégica.
Persecución fallida y crecientes preocupaciones
Las autoridades belgas lanzaron inmediatamente una operación de persecución con vehículos policiales y un helicóptero, pero los drones lograron escapar volando hacia el norte en dirección a los Países Bajos antes de desaparecer. 'Al igual que ayer, los drones volaron hacia el norte, hacia los Países Bajos, luego desaparecieron,' dijo Steven Matheï, alcalde del municipio de Peer donde se encuentra la base.
Esto marca el tercer incidente consecutivo con drones este fin de semana en la misma ubicación, después de incidentes similares el viernes y sábado por la noche. El ministro de Defensa Theo Francken se ha pronunciado sobre la gravedad de estos eventos y afirma que los drones parecen estar realizando misiones de vigilancia deliberadas en lugar de vuelos civiles no intencionales.
Se sospecha misión de vigilancia clara
'Si observas cómo vuelan esos drones, por dónde pasan específicamente y cuánto tiempo permanecen circulando sobre cierta infraestructura, eso no es Willy o Dennis que accidentalmente sacaron su dron,' enfatizó Francken en su evaluación de la situación.
Según informes de CNN, los drones fueron descritos como tipos más grandes que volaban a mayores altitudes, con un dron que permaneció sobre la base aérea durante un tiempo prolongado para observar aviones de combate F-16, municiones y otro equipo estratégico. La base alberga el 10º Escuadrón Táctico de Bélgica y, bajo el acuerdo de intercambio nuclear de la OTAN, supuestamente armas nucleares estadounidenses gestionadas por el 701st Munitions Support Squadron.
Contexto de seguridad europea más amplio
Estos incidentes ocurren en el contexto de una actividad creciente de drones en el espacio aéreo europeo. Las últimas semanas han visto observaciones similares de drones en aeropuertos de Copenhague, Berlín y Múnich, así como múltiples incidentes en la región báltica. En septiembre, aproximadamente 20 drones rusos ingresaron al espacio aéreo polaco, lo que aumentó las preocupaciones de seguridad en los estados miembros de la OTAN.
Deutsche Welle informa que las autoridades belgas intentaron usar inhibidores de drones durante la persecución, pero no lograron desactivar las aeronaves no identificadas. El carácter repetido de estas intrusiones sugiere un intento coordinado de recopilar inteligencia sobre los recursos militares de la OTAN.
Respuesta gubernamental y contramedidas
El ministro de Defensa Francken ha anunciado planes para inversiones significativas en tecnología antidrones, con un paquete de 50 millones de euros que se presentará al gabinete la próxima semana. La financiación cubriría la adquisición inmediata de sistemas de detección, inhibidores y rifles antidrones para proteger infraestructura crítica.
Bélgica también estableció recientemente su primer centro nacional permanente de pruebas para tecnología antidrones a través de una asociación entre SkeyDrone y DronePort Sint-Truiden, según lo informado por Aviation24. Esta instalidad servirá como centro para desarrollar y validar soluciones antidrones tanto para autoridades de defensa como civiles.
Se espera que el Consejo de Ministros belga discuta este viernes medidas antidrones mejoradas, centrándose en sistemas de vigilancia mejorados y coordinación internacional. Mientras los países europeos permanecen en alto estado de alerta, los incidentes repetidos con drones en Kleine-Brogel enfatizan el creciente desafío de proteger instalaciones militares sensibles contra la vigilancia aérea no autorizada.
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