UE sigue pagando miles de millones a Rusia por energía

Los países de la UE pagaron a Rusia 21.900 millones de euros por combustibles fósiles en 2024, más que la ayuda a Ucrania. La importación de petróleo ruso cayó del 30% al 2%, pero persisten excepciones para Hungría y Eslovaquia. La UE planea una prohibición total para 2028.

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Los pagos europeos de energía a Rusia continúan

Tres años y medio después de la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia, los países de la Unión Europea siguen enviando miles de millones de euros a Moscú por importaciones de petróleo y gas, creando una situación paradójica en la que el bloque financia ambos lados del conflicto. Según datos del Centre for Research on Energy and Clean Air, la UE gastó 21.900 millones de euros en combustibles fósiles rusos en 2024, una cifra superior a los 18.700 millones de euros en ayuda financiera enviada a Ucrania durante el mismo período.

Reducción drástica de las importaciones de petróleo ruso

La UE ha logrado avances significativos en la reducción de su dependencia de la energía rusa desde el inicio de la invasión. A principios de 2021, casi el 30% del petróleo consumido en la UE procedía de Rusia. A mediados de 2025, esta cifra se había reducido a solo el 2% gracias a las sanciones exhaustivas de la UE y a la prohibición de importación de petróleo. 'La reducción de las importaciones de petróleo ruso representa uno de los cambios de política energética más exitosos en la historia europea moderna,' afirma la analista energética Maria Schmidt.

Excepciones y puertas traseras

Sin embargo, siguen existiendo excepciones importantes. Hungría, Eslovaquia y, hasta hace poco, la República Checa obtuvieron exenciones para seguir importando petróleo ruso. Mientras que la República Checa logró cortar los lazos este año, Hungría y Eslovaquia insisten en que cambiar a otros proveedores sería demasiado costoso, a pesar de la oferta de Croacia de suministrarles petróleo a través del oleoducto Adria. 'No podemos simplemente cerrar el grifo sin riesgo de colapso económico,' argumenta el ministro de Energía húngaro Zoltán Nagy.

El problema de la flota fantasma

Rusia ha desarrollado métodos avanzados para eludir las sanciones, incluido el uso de una 'flota fantasma' de 558 buques tanque que transportaron el 61% de las exportaciones marítimas de petróleo de Rusia por valor de 83.000 millones de euros. Esta estrategia de evasión ha permitido a Rusia mantener flujos de ingresos significativos a pesar de las sanciones oficiales.

Plan de eliminación gradual de la UE para 2028

La Comisión Europea ha anunciado planes ambiciosos para prohibir todas las importaciones de gas y petróleo rusos para 2028. Según la nota informativa del Parlamento Europeo, la propuesta incluye la prohibición de nuevos contratos después de 2026, contratos a corto plazo que finalizan en junio de 2026 y contratos a largo plazo prohibidos a partir de 2028. Esto finalmente incluiría a Hungría y Eslovaquia en la prohibición general.

Desafíos políticos por delante

Estas medidas aún requieren la aprobación del Parlamento Europeo y al menos 15 de los 27 estados miembros de la UE que representan el 65% de la población del bloque. El plan ha superado el primer obstáculo político, pero persisten desafíos significativos. 'Esto no se trata solo de seguridad energética, se trata de soberanía europea y nuestro compromiso con los valores democráticos,' declara la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

Implicaciones económicas y de seguridad

Los continuos pagos de energía han planteado serias preguntas sobre la efectividad de las sanciones de la UE y la capacidad del bloque para mantener un frente unido contra la agresión rusa. Los expertos en energía estiman que sanciones más fuertes dirigidas a las evasiones rusas podrían reducir los ingresos del Kremlin en 51.000 millones de euros anuales, una reducción del 22% que afectaría significativamente los esfuerzos bélicos de Rusia.

A medida que el conflicto entra en su cuarto año, la UE está bajo una presión creciente para acelerar su transición energética mientras mantiene la estabilidad económica en todos los estados miembros. Los próximos meses serán cruciales para determinar si Europa finalmente puede cortar sus lazos energéticos con Moscú y demostrar una verdadera independencia energética.

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