Investigación de Yale muestra que el ejercicio reduce el riesgo de cáncer al desviar la glucosa de los tumores hacia los músculos, privando de combustible a las células cancerosas. Ratones obesos que hicieron ejercicio tuvieron tumores un 60% más pequeños.
El ejercicio crea una competencia metabólica que ralentiza el cáncer
Una investigación innovadora de la Universidad de Yale ha descubierto finalmente el mecanismo biológico detrás de uno de los beneficios para la salud más poderosos del ejercicio: su capacidad para reducir el riesgo de cáncer. El estudio, publicado en la prestigiosa revista PNAS, muestra cómo la actividad física crea una competencia metabólica que efectivamente 'mata de hambre' a los tumores al privarlos de su fuente de combustible.
El cambio de glucosa: De tumores a músculos
Utilizando trazadores moleculares avanzados para rastrear el metabolismo de la glucosa en ratones con cáncer de mama y melanoma, los investigadores descubrieron que el ejercicio desvía la glucosa de las células cancerosas hacia el tejido muscular. 'Encontramos que los animales activos redirigen energía y combustible esenciales de las células cancerosas a los músculos,' explicó la investigadora principal, la Dra. Kelsey Fisher-Wellman. Este cambio metabólico crea una competencia por nutrientes que limita el crecimiento tumoral al reducir su acceso a la glucosa, su principal fuente de energía.
Los hallazgos fueron notables: los ratones obesos que se ejercitaron voluntariamente durante cuatro semanas tuvieron tumores casi un 60% más pequeños en comparación con sus contrapartes sedentarias. Aún más convincente: los ratones que se ejercitaron durante dos semanas antes de la inyección del tumor desarrollaron tumores más pequeños, lo que sugiere que el ejercicio ofrece beneficios protectores incluso antes de que el cáncer se desarrolle.
La conexión mTOR: Un regulador proteico clave
Uno de los descubrimientos más importantes fue el efecto del ejercicio sobre la proteína mTOR. 'El ejercicio redujo significativamente la actividad de mTOR en los tumores, lo que es crucial para limitar su crecimiento,' señaló el autor principal, el Dr. Gerald Shulman. mTOR (objetivo de la rapamicina en mamíferos) es una quinasa que regula el crecimiento, la proliferación y la supervivencia celular, y su sobreactivación es común en muchos cánceres. Según Wikipedia, mTOR sirve como componente central de complejos proteicos que regulan diversos procesos celulares.
El equipo de investigación identificó 417 genes relacionados con el metabolismo que se expresaron de manera diferente en los ratones que se ejercitaron en comparación con los sedentarios. Estos cambios moleculares demostraron colectivamente que los tumores entraban en un estado de intenso estrés de supervivencia, luchando por acceder a los nutrientes que necesitan para crecer.
Más allá de un tipo de cáncer: Implicaciones amplias
Lo que hace que esta investigación sea particularmente prometedora es que se observaron los mismos mecanismos en dos tipos diferentes de cáncer: cáncer de mama y melanoma. 'Esto sugiere que los beneficios del ejercicio no se limitan a un solo tipo de cáncer,' dijo la Dra. Fisher-Wellman. La consistencia entre los tipos de tumores indica que el ejercicio crea un entorno metabólico sistémico que es menos favorable para el crecimiento del cáncer en general.
El estudio también mostró que el nivel de condición física juega un papel crucial. Los ratones con mayor capacidad de ejercicio mostraron firmas metabólicas más fuertes que eran menos favorables para la energética tumoral. Este hallazgo se alinea con datos epidemiológicos humanos que muestran que las personas físicamente en forma generalmente tienen menores riesgos de cáncer.
Aplicaciones humanas e investigación futura
Aunque el estudio en ratones proporciona evidencia convincente, los investigadores enfatizan la necesidad de validación humana. 'Necesitamos determinar si estos procesos ocurren en humanos para confirmar su aplicabilidad,' advirtió el Dr. Shulman. El equipo planea continuar su investigación con tumores humanos y protocolos de ejercicio más estructurados para comprender mejor cómo diferentes tipos y duraciones de actividad física ofrecen protección.
Las implicaciones para el tratamiento del cáncer son significativas. Como informó ScienceAlert, estos hallazgos podrían conducir a nuevos objetivos terapéuticos dentro de la oncología de precisión, especialmente para pacientes que no pueden hacer ejercicio. Comprender estas vías metabólicas podría ayudar a desarrollar fármacos que imiten los efectos beneficiosos del ejercicio.
Una perspectiva matizada sobre la prevención
Los investigadores enfatizan que el cáncer es una enfermedad compleja con múltiples factores contribuyentes. 'Los pacientes no pueden simplemente prevenir el cáncer yendo al gimnasio,' subrayó la Dra. Fisher-Wellman. Sin embargo, la actividad física parece ser un factor importante para maximizar las posibilidades de que el cáncer no se desarrolle.
Los hallazgos del estudio sobre el acondicionamiento previo al ejercicio son particularmente alentadores. Los ratones que se ejercitaron antes del desarrollo del tumor mostraron beneficios protectores, lo que sugiere que mantener la condición física antes del desarrollo del cáncer puede ofrecer ventajas. Esto se alinea con las recomendaciones de salud pública para la actividad física regular como parte de una estrategia integral de prevención del cáncer.
A medida que la investigación continúa desentrañando la compleja relación entre el metabolismo, el ejercicio y el cáncer, una cosa se vuelve cada vez más clara: la actividad física crea un entorno metabólico que es fundamentalmente menos hospitalario para el crecimiento del cáncer. Aunque no es una panacea, el ejercicio representa una herramienta poderosa y accesible en la lucha continua contra el cáncer.
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