Victoria firma el primer tratado oficial con población indígena

Victoria se convierte en el primer estado australiano en firmar un tratado oficial con la población indígena, estableciendo un organismo representativo permanente y marcando un paso histórico en la reconciliación.

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Tratado histórico marca nuevo capítulo para derechos indígenas en Australia

En un momento crucial para la reconciliación australiana, el estado de Victoria ha firmado el primer tratado oficial del país con su población indígena, estableciendo un organismo representativo permanente que asesorará al gobierno sobre asuntos que afectan a los aborígenes e isleños del Estrecho de Torres. El tratado, que entrará en vigor el 12 de diciembre de 2025, representa un avance significativo en la larga y problemática relación de Australia con sus Primeros Pueblos.

'Hoy comienza un nuevo capítulo en la historia de nuestro estado,' declaró la primera ministra de Victoria, Jacinta Allan, durante la ceremonia de firma en Melbourne. 'Cuando las personas pueden participar realmente en las decisiones que afectan sus vidas, mejoran sus perspectivas y nuestro estado se vuelve más justo.'

Ruptura con el legado colonial

Australia ha estado rezagada respecto a otras antiguas colonias como Estados Unidos, Canadá y Nueva Zelanda en la celebración de acuerdos formales con poblaciones indígenas. A diferencia de estos países, Australia nunca estableció tratados con sus habitantes originales después de la colonización británica en 1788. El período colonial estuvo marcado por el desplazamiento sistemático, la violencia y políticas como la 'Australia Blanca' que persistió hasta la década de 1970, donde se separaba a los niños indígenas de sus familias.

El tratado establece a la Asamblea de los Primeros Pueblos de Victoria como una autoridad permanente bajo la organización paraguas Gellung Warl, que significa 'lanza puntiaguda' en lengua Gunaikurnai. Este organismo tendrá poder de decisión sobre asuntos específicos que afecten directamente a los pueblos indígenas e incluirá un mecanismo independiente de rendición de cuentas como requiere el Acuerdo Nacional para Cerrar la Brecha.

Camino hacia la reconciliación

El proceso del tratado comenzó en 2016 con la creación del Cuerpo Representativo Aborigen, que evolucionó hacia la Asamblea de los Primeros Pueblos. La Asamblea celebró sus primeras elecciones en 2019 y registró una participación récord en las elecciones de 2023 donde se eligieron 22 nuevos representantes entre 75 candidatos.

Jill Gallagher, mujer Gunditjmara, describió el tratado como representativo de 'la historia de la resistencia de la población aborigen' y lo calificó como un 'punto de inflexión' para sanar viejas heridas y construir nuevas relaciones basadas en la verdad y el respeto mutuo.

Un experto legal de la Universidad de Nueva Gales del Sur señaló que 'este momento influirá en las conversaciones sobre tratados en el resto del país,' destacando la importancia nacional potencial del avance de Victoria.

Contexto de lucha nacional

El logro del tratado llega apenas dos años después de que los australianos rechazaran un referéndum nacional que habría creado una Voz Indígena en el Parlamento. En octubre de 2023, casi el 60% de los votantes se opuso a la enmienda constitucional que habría reconocido a los aborígenes e isleños del Estrecho de Torres como los Primeros Pueblos de Australia y les habría dado un papel consultivo en la constitución.

Este contraste entre el progreso a nivel estatal y la resistencia nacional subraya el panorama complejo de los derechos indígenas en Australia. Mientras Victoria avanza con el reconocimiento formal y la representación, la conversación nacional permanece dividida.

Abordando injusticias históricas

El tratado incluye disculpas formales a los pueblos indígenas y establece mecanismos para contar la verdad sobre las injusticias históricas. Se basa en el trabajo de la Comisión de Justicia Yoorrook, que investiga las injusticias históricas y continuas que han experimentado los Primeros Pueblos en Victoria.

Los aproximadamente un millón de aborígenes e isleños del Estrecho de Torres de Australia todavía se sitúan por debajo del promedio nacional en casi todos los indicadores socioeconómicos, incluyendo esperanza de vida, logros educativos y tasas de empleo. El tratado busca abordar estas disparidades dando a las comunidades indígenas influencia directa sobre las políticas que afectan su salud, vivienda, educación y preservación cultural.

Como enfatizó la primera ministra Allan, el tratado representa más que un reconocimiento simbólico—se trata de mejoras prácticas en la vida de los pueblos indígenas y la creación de una sociedad más justa para todos los victorianos.

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