El presidente Trump demuele el Ala Este de la Casa Blanca para construir un salón de baile de 250 millones de dólares, evitando evaluaciones de patrimonio. La adición de 90.000 pies cuadrados financiada por donantes corporativos genera preocupaciones sobre patrimonio y transparencia.

Transformación histórica de la Casa Blanca bajo la visión de Trump
La Casa Blanca está experimentando una de las transformaciones más dramáticas de la historia moderna mientras el presidente Donald Trump continúa con la demolición del Ala Este para dar paso a un proyecto de salón de baile de 250 millones de dólares. Los trabajos, que comenzaron en octubre de 2025, representan una ruptura significativa con las renovaciones anteriores de la Casa Blanca y han generado intensos debates entre conservacionistas del patrimonio y observadores políticos.
El sonido de la construcción
El presidente Trump mostró con orgullo los trabajos de demolición a senadores republicanos durante una reunión en el Jardín de las Rosas, que previamente había transformado de su diseño floral tradicional a una terraza de piedra. '¿Escuchan ese sonido?' preguntó Trump a los legisladores reunidos. 'Suena como música para mis oídos.' El entusiasmo del presidente por la construcción contrasta marcadamente con las preocupaciones de las organizaciones de conservación del patrimonio.
Alcance de la demolición
Lo que comenzó como una controvertida renovación de la terraza se ha escalado a una demolición a gran escala del histórico Ala Este. El proyecto implica derribar partes significativas del ala que ha servido múltiples funciones desde su construcción original en 1902. Según ABC News, un portavoz de la Casa Blanca confirmó que 'todo el Ala Este será modernizada' como parte de la construcción del salón de baile.
El Ala Este históricamente albergaba la oficina de la primera dama, la oficina militar de la Casa Blanca y varias funciones administrativas. Estas operaciones han sido reubicadas temporalmente durante el período de construcción. La demolición ha continuado a pesar de las garantías previas de la administración de que el proyecto respetaría el edificio existente.
Preocupaciones sobre transparencia
Los trabajos están envueltos en secreto, con pantallas que bloquean la vista pública de la demolición. Sin embargo, fotografías obtenidas por The Washington Post muestran el edificio histórico parcialmente en ruinas. Se instruyó a los empleados del gobierno a no compartir imágenes de los trabajos, pero varias fotos han sido filtradas a los medios.
Edward Lengel, exdirector de la Asociación Histórica de la Casa Blanca, expresó su conmoción ante las imágenes. 'Me pone muy incómodo,' dijo a los periodistas. 'Están en silencio, como si tuvieran miedo. Eso es revelador, pero vergonzoso.'
Evasión de regulaciones
El proyecto ha continuado sin la supervisión habitual de la Comisión de Planificación de la Capital Nacional, que normalmente revisa los proyectos de construcción federal en Washington. Trump nombró al lealista Will Scharf como presidente de la comisión que supervisa las renovaciones, y Scharf ha argumentado que solo la reconstrucción requiere revisión de la comisión, no la demolición o el trabajo de preparación.
Según CP24, la Casa Blanca anunció que presentaría planes para revisión, aunque la demolición ya había comenzado. Este enfoque ha recibido críticas de organizaciones patrimoniales, incluido el Fondo Nacional para la Preservación Histórica, que pidió una pausa en la demolición hasta que se completen los procesos de revisión adecuados.
La visión del salón de baile
El salón de baile planeado abarcará aproximadamente 90.000 pies cuadrados, casi el doble del tamaño del edificio principal de la Casa Blanca. Podrá albergar hasta 999 invitados y contará con ventanas a prueba de balas. Según informes, el diseño se asemeja al salón de baile en el resort Mar-a-Lago de Trump en Florida.
El historiador Lengel señaló que, aunque presidentes anteriores han realizado cambios en la Casa Blanca, el enfoque de Trump representa un cambio fundamental. 'Trump quiere convertir la Casa Blanca en un palacio: ya no es la Casa del Pueblo,' declaró. 'Los fundadores habrían encontrado esto terrible.'
Cuestiones de financiación
El proyecto de 250 millones de dólares está completamente financiado por donaciones privadas, con importantes contribuciones de empresas que incluyen Google (20 millones de dólares), YouTube, Amazon, Apple y Lockheed Martin. La Casa Blanca no ha publicado una lista completa de donantes, lo que plantea cuestiones éticas sobre las fuentes de financiación.
Trump ha defendido el enfoque de financiación, declarando que el salón de baile está siendo pagado por 'generosos Patriotas, Grandes Empresas Americanas' y por él mismo, sin dinero de los contribuyentes.
Ambiciones arquitectónicas más amplias
El proyecto del salón de baile es parte de un patrón más amplio de cambios arquitectónicos bajo la administración Trump. El presidente también ha revelado planes para un arco monumental apodado 'Arc de Trump' que sería más grande que el Arco de Triunfo en París. El arco está planeado para el lado de Arlington, Virginia del Memorial Bridge, posicionado entre el Cementerio Nacional de Arlington y el Lincoln Memorial.
El urbanista Eric Jenkins expresó preocupaciones sobre la ubicación del arco. 'Es una conexión simbólica entre el Lincoln Memorial y el cementerio militar de Arlington en Virginia,' explicó. 'Una estructura masiva aquí bloquea ese eje sagrado.'
Cuando se le preguntó para quién era el arco, Trump respondió simplemente: 'Para mí.'
Contexto histórico
La Casa Blanca ha experimentado numerosas renovaciones a lo largo de la historia. Franklin D. Roosevelt añadió una piscina cubierta para hidroterapia, Jackie Kennedy estableció el Jardín de las Rosas y Richard Nixon instaló una bolera en el sótano. Sin embargo, el salón de baile de Trump representa el cambio estructural más significativo en décadas y la primera demolición importante de un ala de la Casa Blanca.
El proyecto está programado para completarse antes de que termine el segundo mandato de Trump en enero de 2029, aunque la demolición acelerada sugiere que la construcción podría avanzar más rápido de lo inicialmente esperado.