Decenas de periodistas del Pentágono abandonaron masivamente el edificio tras negarse a firmar nuevas restricciones mediáticas que limitan informar sobre información no aprobada. Grandes medios protestaron contra el ataque a la libertad de prensa en una acción coordinada sin precedentes.

Protesta histórica de periodistas en el Pentágono
En una dramática protesta contra lo que las empresas mediáticas califican como un ataque sin precedentes a la libertad de prensa, docenas de periodistas del Pentágono abandonaron masivamente la sede del Departamento de Defensa. Entregaron sus pases de prensa y desalojaron sus oficinas en lugar de someterse a las nuevas restricciones informativas implementadas por el secretario de Defensa Pete Hegseth.
El área de prensa normalmente bulliciosa del Pentágono quedó inusualmente silenciosa cuando periodistas de importantes organizaciones de noticias, incluyendo ABC, CNN, NBC, Reuters, Associated Press, The New York Times, The Washington Post, e incluso medios conservadores como Fox News y Newsmax, empacaron su equipo y abandonaron el edificio en una salida coordinada. La protesta siguió al plazo límite de las 16:00 horas del miércoles para que los periodistas firmaran nuevos acuerdos de acceso que limitarían su capacidad para informar sobre información no liberada oficialmente por el Departamento de Defensa.
Restricciones controvertidas
La nueva política, implementada por el secretario de Defensa Pete Hegseth, requiere que los periodistas reconozcan que pueden ser considerados riesgos de seguridad y perder su acreditación por informar sobre información - incluso material no clasificado - que no haya sido previamente aprobado por el Pentágono. "Los medios acreditados no deben incitar a delitos," argumentó Hegseth en la plataforma de redes sociales X, agregando que "El acceso al Pentágono es un privilegio, no un derecho."
Los periodistas estadounidenses expresaron indignación por lo que consideran una grave restricción a la libertad de prensa. Argumentaron que las reglas harían imposible informar sobre irregularidades o exigir responsabilidades al ejército, ya que incluso la información no clasificada quedaría sujeta a las restricciones, permitiendo al Pentágono bloquear coberturas periodísticas desfavorables.
Respuesta mediática unificada
La respuesta de los medios fue notablemente unificada a través del espectro político. No solo los medios tradicionales como ABC, CNN y NBC rechazaron las nuevas reglas, sino que también medios conservadores incluyendo Newsmax y Fox News - antiguo empleador de Hegseth - se negaron a firmar. Solo One America News Network aceptó los términos, convirtiéndose en la única gran organización mediática con acceso continuo al Pentágono.
La Asociación de Prensa del Pentágono, que representa a 101 miembros de 56 organizaciones de noticias, emitió una declaración contundente describiéndolo como "un día triste para la libertad de prensa" y expresando preocupación sobre "el compromiso de EE.UU. con un gobierno transparente, la rendición de cuentas del Pentágono y la libertad de expresión en general."
Protesta y consecuencias
Cuando se acercaba el plazo límite, los periodistas optaron por esperar hasta el último momento y abandonar el edificio en una procesión simbólica, muchos con cajas de mudanza en sus manos. La escena fue capturada en fotografías que mostraban la inusual salida masiva de la instalación normalmente segura.
El portavoz del Pentágono, Sean Parnell, defendió la política declarando "Apoyamos nuestra política porque es lo mejor para nuestras tropas y la seguridad de nuestro país." Afirmó que las reglas solo requieren reconocimiento de comprensión, no acuerdo, aunque los periodistas disputan esta interpretación.
A pesar de la pérdida de acceso al edificio, los periodistas prometen continuar monitoreando el presupuesto de $1 billón del Pentágono y las operaciones militares desde el exterior. Military Reporters and Editors calificó las restricciones como "un ataque sin precedentes a la Primera Enmienda," mientras que el presidente Trump apoyó la medida y llamó a la prensa "muy injusta" y "perturbadora para la paz mundial."
Este desarrollo representa la última escalada en las tensiones entre el gobierno de Trump y los medios, tras años de conflicto sobre el acceso y la cobertura periodística. La salida masiva de periodistas de una de las principales instituciones gubernamentales de Estados Unidos plantea preguntas fundamentales sobre transparencia y rendición de cuentas en asuntos militares.