Trump ordena la remoción inmediata de la Vigilia por la Paz de 44 años frente a la Casa Blanca, calificándola de desfiguradora. Activistas ven esto como distracción de documentos de Epstein y alertan sobre amenaza a derechos constitucionales.

Protesto histórico por la paz enfrenta amenaza de remoción
El presidente Donald Trump ha ordenado la remoción inmediata de la Vigilia por la Paz de la Casa Blanca, una protesta continua contra las armas nucleares que ha permanecido frente a la residencia presidencial durante 44 años. Esta vigilia, reconocida como la protesta más longeva en la historia de Estados Unidos, fue establecida en 1981 por el activista William Thomas para abogar por el desarme nuclear y la paz mundial.
Orden directa del presidente
Durante una conferencia de prensa sobre el cambio de nombre del Departamento de Defensa a Departamento de Guerra, Trump fue cuestionado por el reportero Brian Glenn de Real America's Voice sobre el protesto. Glenn describió la vigilia como habiendo evolucionado hacia sentimientos "anti-americanos y a veces anti-Trump". Trump respondió: "No me había dado cuenta", antes de ordenar a un asistente: "Quítenlo. Ahora. Hoy mismo".
Derechos constitucionales bajo presión
La Vigilia por la Paz de la Casa Blanca comenzó el 3 de junio de 1981, cuando William Thomas inició su protesta continua contra las armas nucleares. A lo largo de los años, la vigilia recibió apoyo de diversos activistas y organizaciones por la paz, incluido el Movimiento de Trabajadores Católicos. Después del fallecimiento de Thomas en 2009, Philipos Melaku-Bello tomó el relevo para mantener la presencia 24/7, lo que requiere ocupación constante para evitar el desmantelamiento por las autoridades.
A principios de este año, el congresista republicano Jeff Van Drew ya había protestado contra la presencia de la vigilia, argumentando que aunque los estadounidenses tienen derecho a protestar, "no tienen derecho a secuestrar un parque nacional y desfigurarlo 24/7". Los defensores señalaron la protección constitucional de la libertad de expresión y reunión.
Cierre del parque y reacción activista
Tras la orden de Trump, el Parque Lafayette fue cerrado por la seguridad de la Casa Blanca y la policía del parque. Los activistas tuvieron que abandonar el área, aunque la carpa en sí permaneció temporalmente intacta. Melaku-Bello calificó la medida como una "maniobra de distracción" para desviar la atención de las demandas de publicación de documentos relacionados con Epstein.
Esta acción sigue a intentos anteriores de Trump de abordar lo que considera elementos indeseables en la capital, incluidos planes para remover personas sin hogar y el despliegue de la Guardia Nacional contra la oposición local.