
El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu no puede nombrar a un nuevo líder del Shin Bet, el servicio de seguridad israelí, porque este nombramiento ha sido declarado ilegal. El líder anterior fue despedido ilegalmente, lo que el corresponsal Ralph Dekkers describe como 'un gran desastre jurídico y político en Israel'.
La situación escaló cuando Netanyahu despidió hace unos meses al exjefe de inteligencia Ronen Bar. La semana pasada, el Tribunal Supremo dictaminó que este despido era ilegal debido a un conflicto de intereses, ya que Bar había iniciado una investigación sobre funcionarios que supuestamente aceptaron dinero de Qatar.
Netanyahu ya había seleccionado a un controvertido general del ejército muy religioso como sucesor, pero este nombramiento ahora está bloqueado. A pesar de esto, Bar renunciará el 15 de junio, ya que se siente corresponsable de la masacre del 7 de octubre.