Un salvadoreño deportado injustamente por EE.UU. afirma haber sido torturado en la infame prisión CECOT en El Salvador. Kilmar Abrego García describe condiciones brutales tras ser deportado por acusaciones infundadas de vínculos con MS-13. De vuelta en EE.UU. tras un fallo del Tribunal Supremo, ahora enfrenta nuevos cargos y posible re-deportación.

Acusaciones de tortura en prisión salvadoreña
Kilmar Abrego García, un salvadoreño deportado erróneamente por EE.UU. en marzo, habría sufrido torturas físicas y psicológicas en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) en El Salvador, según documentos legales de sus abogados.
Condiciones extremas en CECOT
García describe cómo, en sus primeras semanas en CECOT, una prisión de máxima seguridad para 40,000 reclusos, perdió más de 14 kilos. Fue golpeado por guardias al llegar, obligado a marchar agachado mientras lo golpeaban con porras y permaneció en celdas abarrotadas donde veinte prisioneros debían pasar la noche en cuclillas. Los que colapsaban por agotamiento eran golpeados, y García no tuvo acceso a baños, defecando en su ropa.
Contexto político y acusaciones de MS-13
El joven de 29 años se convirtió en símbolo de la política de deportación del gobierno de Trump tras ser acusado de vínculos con MS-13, designada como organización terrorista por EE.UU. en febrero de 2025. Su deportación ocurrió pese a una orden judicial. Autoridades estadounidenses presentaron imágenes editadas de supuestos tatuajes pandilleros, mientras funcionarios salvadoreños confirmaron que los tatuajes de García no tenían relación con pandillas.
Batalla legal y regreso a EE.UU.
Tras declarar ilegal su deportación en abril, el Tribunal Supremo de EE.UU. emitió una nueva orden de arresto por tráfico de personas. García regresó en mayo a Tennessee, donde insiste en su inocencia. Sus abogados afirman que funcionarios de inmigración lo engañaron para evitar que buscara asistencia legal.
Amenazas legales continuas
A pesar de una orden de liberación, García sigue detenido en Tennessee tras rumores de que el gobierno de Trump planea deportarlo a un tercer país. Su equipo legal lucha por un juicio justo en lo que llaman 'juegos con la vida de una persona'.