Proyectos piloto escandinavos demuestran que el cultivo de algas marinas puede absorber CO2 y enfriar aguas costeras. Investigación reciente confirma una captura significativa de carbono, con una expansión global que podría eliminar 140 millones de toneladas de CO2 anuales para 2050.

El Cultivo de Algas Marinas se Convierte en una Potente Herramienta Climática
En la lucha contra el cambio climático, un antiguo recurso marino está ganando importancia: las algas marinas. Proyectos piloto recientes en Escandinavia demuestran que el cultivo de algas puede absorber cantidades significativas de dióxido de carbono e incluso enfriar las aguas costeras, ofreciendo una solución prometedora basada en la naturaleza para el calentamiento global. Con países como Noruega y Suecia a la vanguardia, estas iniciativas muestran resultados tangibles en captura de carbono y beneficios ambientales locales.
Avance Científico en Captura de Carbono
Un estudio innovador publicado en Nature Climate Change confirmó el potencial del cultivo de algas como solución de carbono azul. La investigación, dirigida por el Proyecto Global de Algas Marinas Oceans 2050, analizó 20 granjas en cinco continentes y descubrió que las granjas de algas capturan carbono a ritmos comparables con manglares y pastos marinos. 'Nuestros hallazgos muestran que el cultivo de algas puede eliminar un promedio de 1,87 toneladas de CO2 equivalente por hectárea por año,' dijo el profesor Carlos Duarte, científico principal del proyecto. 'Esto es un cambio de juego para las comunidades costeras y las políticas climáticas.'
El estudio mostró que las granjas más antiguas y grandes tienen un rendimiento aún mejor, almacenando hasta 140 toneladas de carbono por hectárea. Si se expande globalmente, el cultivo de algas podría eliminar potencialmente hasta 140 millones de toneladas de CO2 por año para 2050. Esta investigación establece la base científica para crear metodologías de créditos de carbono, integrando potencialmente el cultivo de algas en los mercados de carbono.
Proyectos Piloto Escandinavos Lideran el Camino
En Noruega, el proyecto JIP Seaweed Carbon Solutions estableció una granja de algas marinas offshore de 200 decáreas frente a la costa de Trøndelag. Con un presupuesto de 50 millones de coronas noruegas y socios como SINTEF, DNV y Equinor, esta prueba de tres años tiene como objetivo probar el cultivo de algas a gran escala como una solución rentable de eliminación de carbono. 'Estamos investigando cómo convertir las algas en biocarbón para la eliminación permanente de CO2,' explicó un portavoz del proyecto. Se espera que las primeras plántulas colocadas en noviembre de 2023 produzcan aproximadamente 150 toneladas de biomasa en el verano de 2024, capturando potencialmente 15 toneladas de CO2.
Mientras tanto, la iniciativa sueca KOASTAL está innovando con un modelo de franquicia para el cultivo sostenible de algas azucareras en la costa oeste. Fundada por Samuel Amant, la empresa ayuda a pequeños actores, especialmente pescadores, a superar las barreras de entrada ofreciendo apoyo integral. 'Nuestro modelo permite a los pescadores diversificar sus ingresos durante el invierno utilizando infraestructura existente,' señaló Amant. Actualmente, KOASTAL opera 6 granjas con 10 permisos, garantizando un suministro confiable de algas y apoyando economías locales.
Enfriamiento de Aguas Costeras: Un Beneficio Adicional
Además de la captura de carbono, el cultivo de algas muestra potencial para enfriar las aguas costeras. A medida que las algas crecen, absorben calor y proporcionan sombra, lo que posiblemente reduce las temperaturas locales del agua. Este efecto de enfriamiento puede ayudar a mitigar el impacto de las olas de calor marinas, que se vuelven más frecuentes debido al cambio climático. Aunque la investigación está en curso, observaciones tempranas sugieren que las granjas de algas pueden crear microclimas que beneficien a los ecosistemas marinos.
La absorción de nutrientes por las algas también mejora la calidad del agua al reducir la eutrofización. 'Las algas actúan como un biofiltro natural, limpiando el agua mientras capturan carbono,' dijo la bióloga marina Dra. Lena Bergström. Este beneficio dual hace que el cultivo de algas sea particularmente atractivo para regiones que enfrentan calentamiento costero y contaminación.
Impacto Económico y Social
El cultivo de algas ofrece oportunidades económicas significativas, especialmente para las comunidades costeras. La industria apoya la seguridad alimentaria, crea empleos y promueve la igualdad de género—más del 99% de los participantes en el cultivo global de algas son mujeres de países en desarrollo. En Escandinavia, proyectos como Sjøgård en Noruega crean modelos de negocio sostenibles que se alinean con múltiples objetivos de desarrollo sostenible de la ONU.
Sin embargo, persisten desafíos. Los costos de producción, la estacionalidad y las barreras regulatorias deben abordarse. 'Necesitamos políticas de apoyo y desarrollo de mercado para productos de algas con valor agregado,' enfatizó la experta de la industria María Larsen. A pesar de estos desafíos, el potencial de escalamiento es significativo, con el mercado global de algas valorado en $16.500 millones en 2023 y se espera un fuerte crecimiento.
Perspectiva Futura y Potencial Global
A medida que aumenta la urgencia climática, el cultivo de algas está ganando reconocimiento como una solución escalable. La Unión Europea y organizaciones como WWF apoyan la investigación y el desarrollo. Con innovación e inversión continuas, el cultivo de algas podría convertirse en una piedra angular de la economía azul, combinando acción climática con desarrollo sostenible.
El éxito de las pruebas escandinavas ofrece un modelo para otras regiones. 'Lo que aprendemos aquí puede aplicarse globalmente,' dijo el científico climático Dr. Erik Johansen. 'El cultivo de algas representa un enfoque práctico basado en la naturaleza para abordar múltiples desafíos ambientales simultáneamente.'