El presidente colombiano Gustavo Petro acusa a Estados Unidos de matar civiles colombianos en un ataque a una embarcación, lo que intensifica las tensiones sobre las operaciones antidrogas estadounidenses cerca de Venezuela.

Presidente colombiano acusa a EE.UU. de matar civiles colombianos
El presidente colombiano Gustavo Petro ha realizado acusaciones explosivas de que un reciente ataque militar estadounidense contra una embarcación frente a la costa venezolana mató a civiles colombianos. Esto marca una escalada significativa en las tensiones regionales sobre las controvertidas operaciones antidrogas estadounidenses en el Caribe.
En una publicación en redes sociales que ha conmocionado los círculos diplomáticos, Petro declaró: 'Hay indicios de que el último barco bombardeado era un barco colombiano con civiles colombianos a bordo.' El líder colombiano desafió a la Casa Blanca a proporcionar evidencia que refute sus afirmaciones: 'Que la Casa Blanca nos dé la información sobre las personas que murieron por los misiles estadounidenses, para que podamos ver si mi información es infundada.'
Operaciones militares estadounidenses en escalada
El incidente representa el cuarto ataque desde septiembre de 2025, cuando la administración Trump comenzó lo que llama 'operaciones militares de autodefensa' contra presuntos buques de contrabando de drogas en aguas internacionales cerca de Venezuela. Según informes del Instituto Naval de EE.UU., el ataque más reciente ocurrió el 3 de octubre de 2025, cuando el secretario de Defensa Pete Hegseth ordenó un ataque contra lo que describió como un 'buque de narcotráfico afiliado a organizaciones terroristas designadas'.
Hegseth compartió imágenes dramáticas del ataque en redes sociales y afirmó que se habían 'eliminado narco-terroristas'. El ejército estadounidense reportó cuatro muertos en la operación, aunque no identificó a ninguna de las víctimas ni proporcionó evidencia concreta sobre el contenido del buque.
Consecuencias legales y diplomáticas
Los ataques han provocado intensos debates en Washington, donde senadores demócratas intentaron aprobar una resolución para prevenir futuras acciones militares. Como informó ABC News, la medida fracasó por poco en el Senado, pero reveló importantes preocupaciones bipartidistas sobre la legalidad de las operaciones.
Human Rights Watch ha condenado los ataques como 'ejecuciones extrajudiciales', mientras que expertos legales cuestionan su legalidad tanto bajo la ley estadounidense como internacional. Todos los buques han sido atacados en aguas internacionales, lo que plantea preguntas sobre jurisdicción y la aplicación de poder militar contra embarcaciones civiles.
Tensiones regionales en aumento
La intervención de Petro marca la primera vez que un importante líder regional desafía directamente las operaciones estadounidenses. El presidente colombiano enmarca el conflicto en términos más amplios: 'La agresión está dirigida contra toda América Latina y el Caribe. Los traficantes de drogas viajan en aviones de lujo. No navegan en lanchas rápidas por el Caribe.'
Mientras tanto, Venezuela ha respondido con ejercicios militares en dos estados costeros. El presidente Nicolás Maduro condenó lo que llamó la 'pena de muerte de EE.UU. para cualquier civil que creen poder matar', 'con la excusa de que según ellos las drogas se están contrabandeando desde Venezuela'. El ministro de Defensa venezolano Vladimir Padrino describió los ataques estadounidenses como una 'grave amenaza' y mencionó el llamado de Maduro a un 'contraataque', aunque los detalles permanecen poco claros.
Antecedente: Designación del Tren de Aragua
La administración Trump ha justificado sus acciones designando a la organización criminal venezolana Tren de Aragua como una Organización Terrorista Extranjera. Como documenta Wikipedia, esta pandilla transnacional surgió en el sistema penitenciario venezolano y se ha expandido por América Latina. El presidente Trump ha afirmado repetidamente que el grupo opera bajo el control de Maduro, aunque informes de inteligencia estadounidense indican que opera independientemente del control estatal venezolano.
La Casa Blanca ha ofrecido una recompensa de 50 millones de dólares por información que conduzca al arresto de Maduro, lo que ha aumentado aún más las tensiones entre los dos países.
Reacción internacional e implicaciones futuras
La controversia llega en un momento delicado para las relaciones EE.UU.-Colombia, tradicionalmente una de las asociaciones más fuertes de Estados Unidos en la región. La Casa Blanca respondió bruscamente a las acusaciones de Petro: 'Esperamos que retire públicamente su declaración infundada y repudiable, para que podamos construir un futuro fuerte y próspero tanto para EE.UU. como para Colombia.'
Mientras la situación evoluciona, la comunidad internacional observa atentamente. El conflicto representa no solo una disputa bilateral, sino una cuestión fundamental sobre los límites del poder militar en la lucha contra el contrabando de drogas y la protección de vidas civiles en aguas internacionales.