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Altas expectativas para la cumbre Trump-Putin
Mientras los presidentes Trump y Putin se preparan para su cumbre en Anchorage, Alaska, muchos rusos esperan una solución para Ucrania. Encuestas recientes muestran que alrededor del 60% de los rusos desea el fin del conflicto, aunque el camino hacia la paz sigue siendo incierto.
Exigencias inflexibles de Rusia
El Kremlin mantiene una posición firme, exigiendo que Ucrania reconozca la anexión rusa de cuatro provincias orientales y Crimea. Moscú también demanda la retirada militar ucraniana de las regiones restantes de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia. Además, Rusia insiste en la neutralidad permanente de Ucrania respecto a la membresía en la OTAN, la reducción de su ejército y la continuación de los esfuerzos de desnazificación.
Complicaciones del alto al fuego
Rusia rechaza cualquier tregua temporal, argumentando que esto solo permitiría a Ucrania rearmarse. Esta postura contrasta directamente con la posición ucraniana, que exige un alto al fuego antes de cualquier negociación. Con las tropas rusas avanzando cerca de Pokrovsk, el impulso militar dificulta las soluciones diplomáticas.
Importancia geopolítica de la cumbre
Más allá de Ucrania, esta reunión simboliza la relevancia geopolítica de Rusia a pesar de los intentos de aislamiento por parte de Occidente. La delegación de Putin incluye a los ministros de Relaciones Exteriores, Defensa y Finanzas, lo que sugiere una agenda amplia. El control de armas estratégicas también es un tema clave, especialmente con el tratado New START que expira en febrero de 2026.
Negociaciones sobre armas nucleares
Putin ha destacado la importancia de las conversaciones sobre desarme nuclear estratégico, alineándose con la prioridad de Trump de incluir a China en diálogos trilaterales sobre reducción de armas. La cumbre en Alaska representa una oportunidad crítica para redefinir las relaciones entre EE.UU. y Rusia en términos de seguridad, economía y diplomacia.
