El ministro de Asuntos Exteriores turco, Hakan Fidan, media en conversaciones entre Rusia y Ucrania, mientras Erdogan intenta desviar la atención de la represión política interna y las violaciones de derechos humanos.

El ministro de Asuntos Exteriores turco, Hakan Fidan, se encuentra en Moscú para conversaciones con el presidente Putin y su homólogo ruso, Lavrov. Hace una semana y media, una delegación turca liderada por Fidan mediaba en las primeras conversaciones entre Rusia y Ucrania. El líder turco Erdogan intenta así posicionarse como intermediario entre ambos países y, al mismo tiempo, desviar la atención de las acciones represivas en el ámbito doméstico.
En la agenda en Moscú figuran varios temas bilaterales como el turismo, el comercio y la energía, según la corresponsal en Turquía, Ingrid Woudwijk. Turquía no solo es un importante destino turístico para muchos rusos, sino que también es un gran consumidor de energía rusa, de la que depende en gran medida.
También en la agenda: la guerra entre Rusia y Ucrania. 'Turquía se ve a sí misma como un actor clave y, según fuentes diplomáticas turcas, el objetivo es lograr una paz justa y duradera', afirma Woudwijk. Destaca que Fidan desempeña un papel importante en este proceso y que lleva tiempo abogando por una solución diplomática. Sin embargo, los recientes bombardeos rusos contra objetivos civiles en Ucrania no indican que Rusia busque la paz, aunque Fidan está manteniendo conversaciones a un nivel más alto que en Estambul hace una semana y media.
Fidan espera que estos esfuerzos sean el preludio de un alto el fuego y que se esté llegando a un punto de inflexión hacia una solución diplomática, según Woudwijk, quien también señala que la situación sobre el terreno ha 'empeorado más que mejorado'. Por otro lado, Fidan no puede hacer promesas concretas, ya que Ucrania no está participando en las conversaciones.
Según Woudwijk, los esfuerzos diplomáticos de Turquía no pueden separarse de la situación interna del país, donde Erdogan está silenciando y deteniendo a la oposición política y donde se están violando los derechos humanos de diversas formas. Es crucial que en el escenario internacional se minimicen asuntos como la detención ilegal del popular alcalde de Estambul, Imamoglu, y las protestas subsiguientes, afirma Woudwijk.