Las flotas autónomas compartidas podrían reducir la propiedad de coches privados en un 70% para 2045, gracias a ahorros de costes y mayor seguridad. Empresas invierten en servicios de robotaxis, pero el acceso rural y una implementación equitativa siguen siendo desafíos.

La próxima revolución de la movilidad
Imagina un mundo donde poseer un coche sea tan raro como un carruaje de caballos. Para 2045, las flotas autónomas compartidas podrían hacerlo realidad. Un estudio de McKinsey muestra que los robotaxis podrían reducir la propiedad de coches privados en un 70% en las ciudades. El cambio ya está en marcha: Waymo ofrece servicios 24/7 en Phoenix, mientras que la colaboración de Uber con Motional proporciona viajes autónomos en Los Ángeles.
Por qué la propiedad es menos atractiva
Tres cambios aceleran esta transición:
- Revolución de costes: Los robotaxis costarán solo €0.20 por kilómetro en 2030 (BCG), más barato que mantener un coche.
- Ahorro de espacio: Las flotas autónomas usan un 90% menos de espacio de aparcamiento.
- Mejora de seguridad: Los sistemas autónomos pueden prevenir millones de accidentes.
El ecosistema emergente de flotas
Principales actores se posicionan en este mercado de €1.4 billones:
- Tesla planea tener 1 millón de robotaxis para 2030.
- Exingenieros de Cruise lideran el proyecto Titan de Apple.
- Volkswagen lanza MOIA, el mayor servicio autónomo de Europa.
Desafíos rurales y regulación
Mientras las ciudades evolucionan rápido, las zonas rurales enfrentan problemas de conectividad. La UE exige cobertura 5G en autopistas para 2035. Las nuevas directivas de vehículos autónomos requieren sistemas de frenado dual y ciberseguridad.
Vivir sin coche propio
Usuarios tempranos reportan beneficios inesperados. María Chen de Phoenix: "Ahorro €650/mes sin gastos de coche". Sin embargo, psicólogos advierten sobre "pobreza de movilidad" en ancianos si faltan subsidios. Ciudades como Ámsterdam rediseñan calles para corredores AV, marcando el fin de la era del automóvil.