Los operadores de red están retrasando el cierre de centrales de carbón debido a problemas de fiabilidad causados por la demanda de centros de datos de IA y cambios en las políticas, creando tensión entre los objetivos climáticos y la seguridad energética.
Operadores de Red Enfrentan Decisiones Difíciles ante la Acelerada Salida del Carbón
En un cambio dramático que está remodelando el panorama energético estadounidense, los operadores de la red eléctrica en los Estados Unidos se ven obligados a revisar la planificación del cierre de centrales de carbón mientras navegan entre los objetivos climáticos y la fiabilidad de la red. El año 2025 se ha convertido en un punto de inflexión crítico, con cierres planificados de centrales de carbón que aumentan un 65% respecto a 2024, mientras que las órdenes de emergencia y los debates políticos generan una incertidumbre sin precedentes.
La Aceleración y sus Consecuencias
Según la Administración de Información Energética de EE.UU., la capacidad estadounidense de generación a carbón caerá de 172 gigavatios a 145 gigavatios a finales de 2028. La mayoría (58%) de estos cierres planificados se concentran en las regiones del Medio Oeste y el Atlántico Medio. Sin embargo, desarrollos recientes muestran retrasos, como en la central Brandon Shores de Talen Energy en Maryland (pospuesta hasta 2029) y la central J.H. Campbell de Consumers Energy en Michigan (retraso de 90 días).
'Estamos equilibrando objetivos medioambientales con la garantía del suministro eléctrico,' dice la analista energética María Rodríguez. 'La creciente demanda de electricidad por parte de los centros de datos de IA y la relocalización de la fabricación ha tomado por sorpresa a muchos planificadores de red.'
Órdenes de Emergencia y Conflictos de Política
El Departamento de Energía ha tomado medidas extraordinarias para abordar los problemas de fiabilidad. En abril de 2025, la DOE emitió órdenes de emergencia bajo la Sección 202(c) de la Ley Federal de Energía para detener los cierres de centrales eléctricas. La Orden PJM impide que las unidades de gas natural Eddystone de Constellation Energy cierren hasta el 28 de agosto de 2025, mientras que la Orden MISO detiene el cierre de una central de carbón en Michigan hasta el 21 de agosto de 2025.
Es notable que la DOE emitiera una rara orden de emergencia para retrasar el cierre de la central de carbón J.H. Campbell de 1.560 MW de Consumers Energy en West Olive, Michigan. Según Power Magazine, la orden obliga a las empresas de servicios públicos y al operador de red MISO a mantener la central operativa hasta el 21 de agosto de 2025, tres meses después de su cierre planificado el 31 de mayo de 2025.
'Esto representa una tensión fundamental en nuestra transición energética,' explica el excomisionado de la FERC, James Danforth. 'Queremos energía más limpia, pero también necesitamos electricidad fiable. Cuando estos objetivos chocan, los responsables políticos se enfrentan a elecciones imposibles.'
El Factor de la IA y los Patrones Cambiantes de Demanda
Un análisis de DeSmog muestra que al menos 15 centrales de carbón en EE.UU. han retrasado sus cierres planificados desde que asumió el segundo gabinete de Trump. Estos retrasos son impulsados principalmente por el aumento de la demanda eléctrica de los centros de datos de IA, lo que obliga al Departamento de Energía a mantener abiertas algunas centrales. Las centrales involucradas emitieron más de 68 millones de toneladas de CO2 en 2024.
El Secretario de Energía, Chris Wright, un exejecutivo del fracking, ha citado "ganar la carrera de la IA" como justificación para mantener abiertas las centrales de carbón a pesar de los costes medioambientales y financieros. Esta postura ha provocado intensos debates dentro del sector energético.
Vulnerabilidades Regionales de la Red
El Operador Independiente del Sistema del Medio Continente (MISO) y la Interconexión PJM enfrentan situaciones particularmente desafiantes. MISO ha emitido docenas de advertencias de fiabilidad entre junio y agosto de 2025, lo que subraya la presión sobre la red a medida que las centrales de carbón cierran más rápido de lo que entra en línea la capacidad de reemplazo.
Un estudio de Nature Energy presenta un nuevo marco para acelerar la salida del carbón en EE.UU. analizando las vulnerabilidades contextuales de cierre. Los investigadores utilizaron teoría de grafos y análisis topológico de datos para clasificar la flota de carbón estadounidense en ocho grupos basados en características técnicas, económicas, medioambientales y sociopolíticas.
'Necesitamos enfoques más inteligentes y específicos para la planificación de cierres,' dice la investigadora principal, Dra. Anika Patel. 'Las políticas únicas no funcionan cuando diferentes centrales desempeñan roles distintos en diferentes regiones.'
La Comparación Económica
A pesar de las preocupaciones de fiabilidad, los fundamentos económicos siguen favoreciendo el cierre. Los costes decrecientes de la energía solar y eólica, combinados con el aumento del gasto para mantener la infraestructura de carbón envejecida según las normas medioambientales, hacen que sea cada vez más difícil mantener operativas las centrales de carbón.
Las empresas de servicios públicos encuentran más barato construir nueva capacidad limpia que actualizar las antiguas centrales de carbón, y las baterías de red ofrecen cada vez más la estabilidad necesaria para la fiabilidad durante esta transición. Sin embargo, el ritmo de implementación de baterías y refuerzos de la red no sigue el ritmo de los calendarios de cierre en algunas regiones.
Perspectiva: Una Transición Accidentada
A medida que avanza 2025, los operadores de red están bajo presión continua desde múltiples frentes. Los grupos ecologistas impugnan las órdenes de emergencia en los tribunales, mientras que los clientes industriales exigen energía fiable para sus operaciones. La incertidumbre regulatoria persiste mientras la EPA reconsidera varias regulaciones clave para las centrales de carbón, incluidos los límites de descarga de aguas residuales y las normas de mercurio.
Los próximos años probablemente verán enfoques más matizados de la planificación de cierres, con mayor atención a las características regionales de la red, los plazos para la capacidad de reemplazo y los patrones de demanda en evolución. Lo que está claro es que la transición energética de Estados Unidos está entrando en una fase más compleja en la que las narrativas simples sobre el declive del carbón deben dar paso a estrategias avanzadas de gestión de la red.
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