Clima en segundo plano en conversaciones energéticas UE-EEUU sobre gas

EE.UU. presiona a la UE para comprar más combustibles fósiles estadounidenses mientras las preocupaciones climáticas se desvanecen. La UE equilibra seguridad energética y objetivos climáticos.

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Diplomacia energética ensombrece preocupaciones climáticas

En un cambio significativo respecto a políticas energéticas anteriores centradas en el clima, Estados Unidos está presionando a la Unión Europea para que compre más combustibles fósiles estadounidenses mientras reduce la dependencia de la energía rusa. El encuentro entre el secretario de Energía de EE.UU., Chris Wright, y el comisario de Energía de la UE, Dan Jørgensen, subraya la dinámica cambiante bajo la administración Trump, donde las consideraciones climáticas han pasado a un segundo plano.

Enorme acuerdo energético hace levantar cejas

Las conversaciones siguen al compromiso de la UE en julio de comprar potencialmente hasta 214.000 millones de euros anuales en productos energéticos estadounidenses, un aumento dramático respecto a los actuales 77-85.000 millones de euros en importaciones anuales de energía de EE.UU. "Esa es una cifra ridícula. No va a suceder," dice Ben McWilliams, analista de energía y clima del grupo de expertos Bruegel con sede en Bruselas. "Acordar cifras grandes parece principalmente una señal política."

Realidades del mercado versus promesas políticas

Los mercados energéticos operan según principios de libre mercado, lo que significa que las empresas europeas pueden comprar gas de diferentes proveedores según el precio y la disponibilidad. Muchas tienen contratos a largo plazo, lo que dificulta los cambios repentinos. Además, el consumo de gas de Europa está disminuyendo a medida que aumenta la adopción de energías renovables.

Consideraciones geopolíticas

El secretario Wright enfatizó en el Financial Times que quiere que Europa deje de comprar petróleo y gas rusos, reduciendo así el apoyo a la guerra de Putin en Ucrania. Según datos de la Comisión Europea, los países europeos obtuvieron casi el 19% de sus importaciones de gas de Rusia el año pasado. La UE se había comprometido previamente a poner fin a las importaciones de petróleo y gas rusos antes de 2028.

Objetivos climáticos bajo presión

La creciente dependencia de la energía estadounidense crea nuevas dependencias en un momento en que la UE busca reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 90% para 2040 en comparación con 1990. Mathieu Blondeel, profesor de política energética en la Universidad Libre, señala que "Las empresas europeas ya están cerrando contratos de gas para los próximos veinte años, lo que contradice los objetivos climáticos."

Preocupaciones sobre retroceso regulatorio

El acuerdo comercial de julio indica que EE.UU. está presionando a la UE para que reduzca la legislación climática y de sostenibilidad. La UE se ha comprometido a examinar la "flexibilidad" en las leyes que obligan a las empresas a informar sobre sostenibilidad, emisiones de metano y cargas de CO2. "EE.UU. se está convirtiendo cada vez más en un socio impredecible," observa Blondeel. "Al aumentar la dependencia de las importaciones, se crea una situación en la que te expones a un chantaje potencial."

Fuente: Reuters

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