
Negociaciones comerciales se reanudan tras retirada de impuesto digital
Canadá ha retirado su controvertido impuesto a los servicios digitales (DST), lo que allana el camino para reanudar las negociaciones comerciales con Estados Unidos. Esta decisión llega días después de que el presidente Trump calificara el impuesto como un "gravamen escandaloso" y amenazara con imponer aranceles de represalia.
Solución a la crisis inmediata
El DST del 3% habría sido aplicado retroactivamente desde 2022, afectando principalmente a grandes empresas tecnológicas estadounidenses como Meta, Alphabet, Amazon y Apple. Según estimaciones del gobierno canadiense, el impuesto podría haber generado ingresos de unos $3 mil millones de USD. En respuesta, el presidente Trump anunció nuevos aranceles a productos canadienses, lo que llevó a una suspensión inmediata de las negociaciones comerciales.
Declaraciones de líderes
El primer ministro Mark Carney subrayó que su gobierno sigue comprometido con proteger "los intereses de los trabajadores y empresas canadienses". El ministro de Finanzas, François-Philippe Champagne, describió la retirada como un paso para lograr "avances cruciales" en las negociaciones bilaterales. Ambos países ahora buscan alcanzar un acuerdo comercial integral para el 21 de julio de 2025.
Contexto histórico comercial
La relación comercial entre EE.UU. y Canadá representa la mayor relación bilateral del mundo, con un volumen anual superior a los $900 mil millones. Sin embargo, las tensiones han sido persistentes desde que el presidente Trump inició disputas comerciales poco después de asumir el cargo. Conflictos anteriores se centraron en productos agrícolas y madera blanda, siendo el impuesto digital el último punto de fricción.
Panorama global de impuestos digitales
El DST canadiense formaba parte de un movimiento internacional más amplio para abordar los desafíos fiscales de las empresas digitalizadas. Más de 50 jurisdicciones han implementado o propuesto medidas similares. La OCDE está trabajando en un marco multilateral para estandarizar los impuestos digitales, aunque su implementación ha sufrido retrasos. Este desarrollo podría influir en las negociaciones globales en curso sobre erosión de la base imponible y traslado de beneficios (BEPS) en la economía digital.