El Túnel de Bohai de China Avergüenza los Retrasos Europeos

China aprueba el túnel submarino más largo del mundo de 120 km mientras Europa retrasa proyectos más pequeños durante décadas, destacando enfoques de infraestructura contrastantes.

El Túnel del Estrecho de Bohai de China: ¿Maravilla Técnica o Declaración Geopolítica?

Mientras Europa debate proyectos de infraestructura durante décadas, China acaba de aprobar lo que será el túnel submarino más largo del mundo: una asombrosa hazaña técnica de 120 kilómetros que deja en evidencia la planificación de infraestructuras occidental. El Túnel del Estrecho de Bohai, que conectará Dalian y Yantai a través del mar de Bohai en el norte de China, representa algo más que innovación en el transporte; es un contraste marcado en los enfoques de desarrollo nacional.

Cifras que Empequeñecen las Ambiciones Europeas

Con una longitud total de 122 kilómetros, de los cuales unos 90 kilómetros discurrirán bajo el lecho marino, el nuevo túnel de China superará las longitudes combinadas del Túnel del Canal de la Mancha (37,9 km) y del Túnel Seikan de Japón (23,3 km). El proyecto incluye dos túneles paralelos para trenes de alta velocidad con velocidades de hasta 240 km/h, más rápido que el Eurostar a través del Canal. 'Esto no es solo infraestructura; es una declaración sobre lo que es posible cuando la voluntad política se encuentra con la ambición técnica,' dice el analista de infraestructura Mark Johnson de Quintin QS consultancy.

El impacto económico es igualmente asombroso. Actualmente, viajar entre Dalian y Yantai lleva entre 6 y 8 horas por carretera o ferry. Tras su finalización en 10-15 años, el túnel reducirá este tiempo a solo 40 minutos, conectando dos importantes centros industriales que juntos representan una parte significativa de la producción económica del norte de China. Con un coste estimado de 220 mil millones de yuanes (unos 23 mil millones de euros), el proyecto representa lo que los funcionarios chinos llaman 'inversión estratégica en infraestructura'.

La Parálisis de la Infraestructura Europea

El contraste con Europa no podría ser mayor. El Puente de Messina de Italia, un puente colgante de solo 3,3 kilómetros que conecta Sicilia con el continente, se ha debatido desde 1969. A pesar de la reciente aprobación por parte del gobierno de la primera ministra Giorgia Meloni, la financiación se ha retrasado hasta 2033, con una construcción que ahora debe comenzar en 2026 en lugar de a finales de 2025. El presupuesto total asciende a 13.500 millones de euros para un puente cuarenta veces más corto que el túnel chino.

'Lo que vemos es una diferencia fundamental en los modelos de gobernanza,' explica la experta en infraestructura europea, la Dra. Elena Rossi. 'La toma de decisiones centralizada de China permite una rápida aprobación e implementación, mientras que los procesos democráticos de Europa priorizan la consulta, las evaluaciones de impacto ambiental y los desafíos legales, todo lo cual añade años a los plazos de los proyectos.'

Desafíos y Soluciones Técnicas

El Túnel del Estrecho de Bohai presenta formidables desafíos técnicos. La ruta cruza una zona sísmica, lo que requiere sistemas avanzados de monitoreo sísmico y compartimentación estanca. Según la página de Wikipedia sobre el proyecto, el túnel utilizará métodos de tubo sumergido para las secciones submarinas, con trenes que transportarán tanto pasajeros como vehículos en vagones ferroviarios especializados.

Se han expresado preocupaciones medioambientales sobre el impacto en los hábitats marinos del Estrecho de Bohai, especialmente para especies protegidas como la foca moteada. Sin embargo, las autoridades chinas han subrayado que el proyecto incluye medidas de mitigación ambiental exhaustivas y representa una alternativa más sostenible a los actuales servicios de ferry.

El Panorama General: La Infraestructura como Instrumento Geopolítico

Este proyecto sigue el patrón de China de utilizar proyectos de infraestructura masivos para demostrar ingenio tecnológico y poder económico. Desde el puente marítimo más largo del mundo (el puente Hong Kong-Zhuhai-Macao) hasta la red de trenes de alta velocidad más extensa del mundo (más de 45.000 km construidos en menos de 20 años), China ha utilizado consistentemente la infraestructura tanto como estímulo económico como proyección de poder blando.

'El Túnel del Estrecho de Bohai envía un mensaje claro al mundo,' dice el analista geopolítico James Chen. 'Mientras las democracias occidentales luchan contra obstáculos burocráticos y la oposición pública, China puede movilizar recursos y ejecutar proyectos a una escala que redefine lo que es posible en el desarrollo de infraestructuras.'

Se espera que la construcción del túnel comience en 2026, con una finalización prevista para principios de la década de 2030. Una vez operativo, no solo transformará el transporte regional, sino que servirá como un monumento permanente a las ambiciones de infraestructura de China, y un contraste punzante con el enfoque más deliberativo de Europa hacia los grandes proyectos.

Matthew Eriksson

Matthew Eriksson es un experto noruego especializado en transporte e infraestructura. Su trabajo se centra en desarrollar soluciones sostenibles de movilidad urbana y sistemas de transporte público resilientes.

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