Tregua se mantiene a pesar de disputa fronteriza
El frágil alto el fuego entre Tailandia y Camboya parece mantenerse después de que los líderes militares de ambos países respaldaron formalmente el cese de hostilidades. Tras cinco días de intensos combates fronterizos—el conflicto más mortal en más de una década—los comandantes prometieron detener todas las operaciones militares. El acuerdo facilita la repatriación de víctimas y el retorno de heridos.
Acusaciones de violaciones
Tailandia inicialmente acusó a Camboya de violar el alto el fuego con ataques en cinco ubicaciones fronterizas, acusaciones que el ministro de defensa camboyano negó, aunque reconoció "incidentes" no especificados. No se han confirmado víctimas de estos enfrentamientos. El primer ministro interino de Tailandia, Phumtam, informó de una calma restaurada, con civiles desplazados regresando gradualmente a sus hogares.
Conflicto fronterizo centenario
La violencia reciente tiene sus raíces en una disputa territorial de siglos sobre la frontera de 800 km establecida durante el dominio colonial francés. Ambos países reclaman templos jemeres antiguos en la zona en disputa. Los combates causaron al menos 40 muertes civiles y desplazaron a más de 300.000 personas—la escalada más grave desde 2013.
Presión internacional
Las conversaciones de paz comenzaron después de que el presidente estadounidense Trump amenazara con imponer sanciones económicas a ambos países. Un "equipo de coordinación" conjunto abordará disputas fronterizas no resueltas. El corresponsal del sudeste asiático Mustafa Marghadi señaló: "La presión económica resultó decisiva. Con ambas economías luchando bajo los aranceles estadounidenses, mantener este alto el fuego se volvió esencial a pesar de los incidentes fronterizos."