Padre e hijo recibieron entrenamiento militar en Filipinas antes del ataque en Sídney
Los dos tiradores responsables del ataque mortal contra una celebración de Hanukkah en Bondi Beach, Sídney, viajaron a Filipinas para recibir 'entrenamiento militar' semanas antes de perpetrar el tiroteo más mortífero de Australia en décadas, según fuentes de seguridad y medios australianos.
Sajid Akram (50) y su hijo Naveed (24), quienes el 14 de diciembre mataron a 16 personas e hirieron a más de 40 durante el ataque, viajaron a principios de noviembre de 2025 al sur de Filipinas para lo que la cadena australiana ABC describió como entrenamiento de combate. El dúo regresó a Australia a finales de noviembre, solo semanas antes de abrir fuego contra una multitud de más de 1000 personas que celebraban la festividad judía de las luces.
Conexiones terroristas internacionales
La policía australiana confirmó en una conferencia de prensa que el padre y el hijo habían viajado a Filipinas el mes pasado, aunque lo que hicieron allí y sus ubicaciones exactas siguen bajo investigación. Según ABC, que se basa en una fuente de la lucha antiterrorista australiana, los dos viajaron al sur de Mindanao para entrenamiento.
'Filipinas ha sido un punto crítico para militantes islámicos desde principios de los años 90, cuando se restablecieron allí campos de entrenamiento terrorista,' señaló el analista de seguridad Michael Clarke en una entrevista con ABC News. 'Esta región ha sido durante mucho tiempo un destino para quienes buscan entrenamiento militar.'
La policía reveló que se encontraron dos banderas caseras del Estado Islámico en el vehículo de los atacantes, junto con explosivos. El hallazgo se suma a la creciente evidencia de conexiones terroristas internacionales, ya que ABC informó anteriormente que Naveed Akram había sido investigado seis años antes por vínculos con el EI.
Reforma de la ley de armas en Australia
En respuesta a la masacre, el primer ministro australiano Anthony Albanese anunció una importante reforma de la ley de armas, los cambios más significativos a las regulaciones de armas de fuego de Australia desde la masacre de Port Arthur en 1996, donde murieron 35 personas.
'El gobierno está dispuesto a tomar todas las medidas necesarias,' dijo Albanese durante una conferencia de prensa. 'Eso incluye la necesidad de una legislación más estricta sobre armas.'
Las reformas propuestas, detalladas en el informe de ABC, incluyen requerir ciudadanía australiana para licencias de armas de fuego, limitar el número de armas que una persona puede poseer, restringir ciertos tipos de armas y acelerar el lanzamiento de un registro nacional de armas. Uno de los atacantes de Bondi tenía una licencia de armas durante diez años y poseía seis armas de fuego registradas.
Víctimas internacionales y condena mundial
El ataque ha atraído atención internacional, con un ciudadano holandés entre los heridos. Según NL Times, el Ministerio de Asuntos Exteriores de los Países Bajos confirmó que el ciudadano herido está fuera de peligro y recibe asistencia consular.
Líderes mundiales, incluidos el presidente estadounidense Donald Trump, el secretario general de la ONU Antonio Guterres y el presidente israelí Isaac Herzog, condenaron el ataque. El primer ministro holandés Dick Schoof expresó solidaridad con Australia y dijo: 'Estamos junto al pueblo australiano y pedimos la protección continua de las comunidades religiosas en todas partes.'
Cuestiones de seguridad y respuesta policial
Durante la conferencia de prensa, los periodistas cuestionaron por qué la reunión judía no estaba mejor asegurada. La comisionada de policía de Sídney, Karen Webb, defendió la respuesta policial: 'Alineamos el despliegue con la amenaza que existía en ese momento.' Enfatizó que los agentes que patrullaban el área finalmente dispararon a los atacantes, aunque varios oficiales también resultaron heridos durante el enfrentamiento.
El primer ministro de Nueva Gales del Sur, Chris Minns, añadió: 'No es cierto que la policía no cumpliera con las expectativas. No dieron ni un paso atrás.'
La investigación aún se encuentra en sus primeras etapas, ya que las autoridades intentan determinar si otras personas estuvieron involucradas en la planificación o apoyo del ataque. Mientras Australia llora su tiroteo más mortífero en casi 30 años, el país enfrenta preguntas difíciles sobre seguridad, radicalización y cómo dos individuos con conexiones conocidas a redes extremistas pudieron llevar a cabo un ataque tan devastador.