Gobierno belga planea despliegue militar contra violencia narco
El ministro del Interior belga, Quintin, ha anunciado planes para desplegar militares en Bruselas con el objetivo de combatir la creciente criminalidad relacionada con el narcotráfico. Esta controvertida propuesta surge tras el aumento de tiroteos y actividades del crimen organizado vinculadas a redes de tráfico de drogas en la capital.
Medidas estratégicas de seguridad
Según el ministro Quintin, los militares colaborarán con unidades policiales locales en patrullas conjuntas. El plan de seguridad integral también incluye la instalación de una extensa red de cámaras de vigilancia y la creación de equipos policiales especializados en la lucha antidroga. "No podemos permitir que ningún territorio nacional caiga en manos de elementos criminales", declaró Quintin en entrevistas con medios belgas.
Marco legal e implementación
El ministro de Defensa, Francken, confirmó que el marco legal para el despliegue militar en operaciones de seguridad interna ya está preparado. La legislación belga actual aún prohíbe que los militares realicen funciones policiales, lo que requiere autorización específica. Los ministros debatirán la propuesta en el próximo consejo de ministros, aunque los detalles sobre las competencias militares permanecen poco claros.
Expansión a otras ciudades
La iniciativa no se limita a Bruselas. El ministro Quintin pretende implementar medidas similares en Amberes, Gante, Lieja, Charleroi y Mons, permitiendo que otros municipios soliciten asistencia militar si es necesario.
Reacciones diversas
El anuncio ha generado reacciones encontradas en Bélgica. El jefe de policía Jurgen De Landsheer de Bruselas Sur apoya la medida, señalando los numerosos incidentes violentos en su región. Sin embargo, la oposición política se muestra crítica.
El partido opositor verde Groen calificó el plan como "una exhibición de impotencia" del ministro Quintin, argumentando que con más de 50.000 agentes de policía, el gobierno debería poder garantizar la seguridad pública sin intervención militar. "La seguridad en el espacio público debe seguir siendo una tarea policial, no militar", afirmaron.
Los comités vecinales de Bruselas han expresado alivio porque se tomen acciones concretas tras insistir durante mucho tiempo en la intervención. El sindicato militar ACMP expresó preocupación por los parámetros operativos poco claros y señaló que "los deberes aún no están terminados" en cuanto a las competencias militares.
Este desarrollo refleja la creciente preocupación en las ciudades europeas sobre el crimen organizado y el narcotráfico, con Bélgica tomando medidas sin precedentes para abordar los desafíos de seguridad en su capital.