Una nueva investigación muestra que un sueño de calidad provoca más movimiento al día siguiente, mientras que el movimiento no mejora significativamente el sueño. Solo el 13% cumple ambas pautas, lo que sugiere que el sueño debe ser una prioridad.
Investigación pionera muestra el papel dominante del sueño en la actividad física
Un estudio internacional a gran escala con más de 70.000 participantes y análisis de más de 28 millones de días de datos de salud ha revelado una verdad sorprendente sobre la relación entre el sueño y la actividad física. Contrario a lo que se suele pensar, es la calidad del sueño la que determina el nivel de actividad del día siguiente, y no más movimiento lo que conduce a un mejor sueño. La investigación, publicada en Communications Medicine, desafía los consejos de salud convencionales y sugiere que debemos reconsiderar nuestro enfoque del bienestar.
Los objetivos de salud inalcanzables
Investigadores de la Universidad Flinders en Australia descubrieron que menos del 13% de los participantes cumplían consistentemente ambos objetivos de salud recomendados: 7-9 horas de sueño por noche y al menos 8.000 pasos diarios. Más preocupante aún es que casi el 17% cayó en una categoría de alto riesgo, con menos de 7 horas de sueño y menos de 5.000 pasos diarios, una combinación asociada con un mayor riesgo de enfermedades crónicas, aumento de peso y problemas de salud mental.
El estudio, que siguió a los participantes con dispositivos portátiles entre 2020 y 2023, reveló lo que el investigador principal Josh Fitton llama 'el problema de la dirección'. 'Descubrimos que un buen sueño, especialmente un sueño de alta calidad, te prepara para un día más activo,' explicó Fitton en una entrevista con EurekAlert. 'Las personas que dormían bien se movían más al día siguiente, pero dar pasos adicionales no mejoraba realmente el sueño.'
Calidad sobre cantidad: El punto óptimo del sueño
Uno de los hallazgos más intrigantes fue que los recuentos de pasos más altos no siguieron a las duraciones de sueño más largas. Los participantes que dormían aproximadamente de seis a siete horas por noche, en realidad dieron más pasos al día siguiente, un promedio de 339 pasos más que aquellos que durmieron ocho horas. Sin embargo, los investigadores advierten contra interpretar esto como que podemos acortar el sueño.
'No se trata de dormir menos, sino de dormir mejor,' enfatizó Fitton. 'La eficiencia del sueño, cuánto de tu tiempo en la cama realmente se dedica a dormir en lugar de dar vueltas, resultó crucial. Las personas con menos movimiento nocturno durmieron mejor y finalmente fueron más activas durante el día.'
Según Wikipedia, el sueño cumple funciones vitales de restauración para los sistemas inmunológico, nervioso, esquelético y muscular, mientras que también mantiene el estado de ánimo, la memoria y la función cognitiva. Esta nueva investigación añade una dimensión adicional: el sueño como catalizador de la actividad física.
Sabiduría convencional desafiada
El estudio plantea preguntas importantes sobre las recomendaciones de salud actuales. 'Nuestros hallazgos plantean dudas sobre qué tan bien se ajustan las recomendaciones actuales a la vida real,' señaló Fitton. 'Solo una pequeña parte de las personas alcanza los niveles recomendados todos los días. Necesitamos comprender mejor cómo interactúan el sueño y la actividad y cómo podemos ayudar a las personas a mantener las combinaciones aconsejadas.'
El autor principal, el profesor Danny Eckert, sugiere un enfoque práctico: 'Para muchas personas con trabajo, familia y otras obligaciones, es más realista mirar primero la mejora del sueño. Priorizar el sueño puede ser la forma más efectiva de aumentar tu energía, motivación y capacidad para moverte.'
Pasos prácticos para un mejor sueño y actividad
Los investigadores recomiendan varios cambios simples que pueden mejorar la calidad del sueño:
- Reducir el tiempo frente a pantallas antes de dormir, especialmente la exposición a la luz azul de los dispositivos
- Establecer horarios consistentes para acostarse y despertarse
- Crear un entorno de dormitorio tranquilo y ordenado
- Limitar el consumo de cafeína y alcohol por la noche
- Gestionar el estrés mediante técnicas de relajación
Como resume Eckert: 'El sueño no es un 'botón de apagado' que debemos presionar todos los días, sino algo que podemos usar activamente para vivir de manera más saludable y activa.' Esta perspectiva redefine el sueño de un descanso pasivo a una contribución activa a la salud y la vitalidad.
Las implicaciones del estudio van más allá de la salud individual hacia las políticas de salud pública. Con las pautas de actividad física de organizaciones como los CDC que enfatizan el movimiento, esta investigación sugiere que el sueño debería recibir la misma atención en las estrategias de promoción de la salud.
Para aquellos que tienen dificultades para mantener un estilo de vida activo, el mensaje es claro: comienza con el sueño. Al mejorar la calidad y duración del sueño, no solo descansas, sino que preparas tu cuerpo y mente para la actividad física que sigue. Como demuestra esta investigación pionera, a veces la mejor manera de avanzar es primero dormir bien.
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