
Más de 7,000 militares y cientos de tanques desfilaron en una gran parada en Washington D.C., bajo la mirada del presidente Donald Trump. El evento, originalmente planeado para celebrar el 250 aniversario del ejército estadounidense, coincidió también con el 79 cumpleaños de Trump—un deseo largamente acariciado por el presidente. A pesar de la lluvia, el desfile comenzó media hora antes, con recreaciones de guerras y conflictos históricos.
Trump elogió al ejército en un breve discurso: 'Todos los demás países celebran sus victorias. Es hora de que América también lo haga.' Sin embargo, el momento del desfile fue controvertido, especialmente después del reciente despliegue de la Guardia Nacional por parte de Trump contra la voluntad de California, lo que generó críticas por el presunto uso político del ejército.
Al mismo tiempo, bajo el lema 'No Kings', estallaron protestas en cientos de ciudades de EE.UU., con una participación estimada de millones de personas. Manifestaciones en Los Ángeles, Nueva York y otras ciudades destacaron preocupaciones sobre la democracia y los derechos de los inmigrantes. Aunque la mayoría de las protestas fueron pacíficas, algunas derivaron en violencia, con la policía utilizando gases lacrimógenos y granadas de humo.